Skip to main content

Por Cultural Survival

A nivel global, el 64,8% de todos los ataques que sufren personas defensoras son en contra de quienes defienden la tierra y los territorios. América Latina sigue siendo una de las regiones más peligrosas para ser una persona defensora de los derechos Indígenas y medioambientales: tres de cada cuatro asesinatos de defensorxs del medio ambiente se producen en América Latina. Las personas defensoras Indígenas enfrentan una doble amenaza: defender derechos y ser Indígenas. En 2023 el 49% de las personas defensoras de tierra y medio ambiente asesinadas a nivel global fueron Indígenas o afrodescendientes, una cifra desproporcionadamente más alta que la proporción de los Pueblos Indígenas en la población mundial, que es de aproximadamente el 6%.

Aviso sobre el contenido: El siguiente contenido incluye información sobre violencia contra personas Indígenas. Nos hemos esforzado en proveer información sobre cada individuo en celebración de sus vidas y trabajo, sin incluir detalles innecesarios sobre sus muertes. Si bien hemos trabajado para evitar incluir vínculos a fuentes que contengan imágenes muy gráficas, tengan en cuenta que las fuentes vinculadas pueden incluir más detalles e incluso cambiar las imágenes después de que las hayamos revisado.

Es importante tener en cuenta que los asesinatos representan la punta del iceberg, antes de llegar a ese punto ocurren una variedad de ataques. Según los últimos datos recopilados por la red Allied (Alliance for Land, Indigenous and Environmental Defenders) por cada asesinato de una persona defensora del medioambiente y el territorio Indígena documentado en 2022, ocurrieron al menos 5 ataques no letales.

Como parte de nuestro Programa de Defensa, en Cultural Survival, rastreamos las violencias en contra de personas defensoras Indígenas, procurando establecer conexiones entre los casos y demostrar que no se trata solamente de casos aislados de agresiones contra individuos, sino más bien de una crisis sistémica en contra de las personas defensoras Indígenas en el mundo.

Hacemos este trabajo para concientizar sobre esta persecución sistemática, pero también en nombre de la memoria. Las personas defensoras Indígenas asesinadas a lo largo de 2024 nunca serán olvidadas por sus familias y comunidades. El vacío que dejaron en sus comunidades y culturas será irremplazable pero no hay que ignorar que este vacío es igual de importante fuera de sus comunidades: estas personas son quienes defienden nuestro planeta del colapso medioambiental, y quienes mantienen vivos conocimientos sumamente valiosos sobre cómo proteger nuestros ecosistemas y cómo relacionarnos entre nosotrxs.

La recopilación de los casos para este proyecto no es exhaustiva por razones de capacidad y proviene tanto de medios como de comunidades y organizaciones socias. Sin embargo, el alcance no es total y con certeza hay casos que no llegan a nuestros oídos. A pesar de que esas personas no sean nombradas específicamente en este In Memoriam, de ninguna manera el asesinato de ellas implica menos gravedad. Este trabajo no deja de rendir homenaje también a todas aquellas personas que, por una variedad de motivos, no pudimos mencionar y cuyas luchas resuenan aún en sus comunidades, sus territorios y sus familias, y seguirán resonando.

Nuestro objetivo es que se conozcan todos los nombres y legados, sin importar cuánta atención recibió, especialmente apoyando aquellos casos que tuvieron menos cobertura mediática. Cuando recibimos casos por parte de comunidades socias que no habían sido publicados todavía, nos aseguramos de que sea seguro publicarlos, siempre con consentimiento de la comunidad. Todas y cada una eran personas queridas, parte tanto de una familia como de una comunidad y personas cuyos asesinatos han generado un profundo duelo, no solo por el trabajo que realizaron sino también por quienes que eran.

En la mayoría de los casos, unos meses después del asesinato reina la impunidad. En algunos países latinoamericanos la tasa de impunidad general es del 90% o más, lo que significa que 10 crímenes (o menos) de cada 100 son debidamente investigados y resueltos por el sistema judicial. Estas cifras son optimistas en comparación con los crímenes contra personas defensoras Indígenas. Las autoridades tienden a no esforzarse mucho en realizar investigaciones exhaustivas relacionadas con defensorxs Indígenas por varias razones: los incidentes suceden en lugares remotos con menos acceso, connivencia de las autoridades con actores armados ilegales o empresas multinacionales implicadas en el ataque y un desinterés generalizado acerca de los problemas relativos a los Pueblos Indígenas intrínseco a la discriminación estatal hacia ellos.

En los perfiles que presentamos a continuación recordamos con mucho dolor a  41 defensorxs Indígenas que fueron asesinadxs durante el 2024, de lxs cuales un porcentaje muy alto eran extremadamente jóvenes. También reconocemos y condenamos otras agresiones, desapariciones, criminalización y otras formas de violencia contra personas defensoras Indígenas alrededor del mundo. Reconocemos que nuestro alcance es limitado y que la violencia en contra de las personas Indígenas, y en particular contra defensorxs del medio ambiente y de derechos, supera enormemente los datos que tenemos la capacidad de recopilar. Honramos a todas las personas y comunidades que se han visto afectadas. Nos comprometemos a continuar trabajando por la justicia para las personas defensoras de los derechos y la tierra junto con las comunidades afectadas.

Las personas defensoras están enlistadas por país (en orden alfabético) y luego cronológicamente en base a la fecha del incidente.

Argentina

Argentina cuenta con 35 pueblos Indígenas oficialmente, los que cuentan legalmente con  derechos constitucionales específicos a nivel federal y en la mayoría de sus estados provinciales. El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo fue ratificado en el 2000 y está vigente con estatus de tratado internacional desde 2001. Además se encuentran vigentes, y tienen fuerza normativa, la Declaración de las Naciones Unidas y la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Los Pueblos Indígenas en Argentina en la actualidad están presentando diversas dificultades que ponen en riesgo su reconocimiento y preservación territorial, a través del desconocimiento de derechos constitucionales y convencionales por parte del gobierno de Javier Milei que manifiesta el interés por los recursos naturales que se encuentran dentro de territorios Indígenas.

En 2013, Argentina promulgó la Ley nº 26.160, posteriormente prorrogada por la Ley nº 26.554, conocida como Ley de Emergencia en Tierras Indígenas. Esta legislación suspendió los desalojos de comunidades Indígenas de las tierras que han ocupado tradicionalmente, incluidas las tierras gestionadas por parques nacionales. El 9 de diciembre de 2024 se derogó la Ley 26.160, acentuando un panorama de persecuciones, desalojos, represiones y procesos legales en contra de los Pueblos Indígenas de Argentina.

El Domingo 11 de agosto del 2024, efectivos de la policía de Río Negro ingresaron disparando al domicilio de Juan Carlos Villa, perteneciente al pueblo Mapuche. El ingreso de la policía al hogar se realizó sin previo aviso de orden de allanamiento y detención. En el lugar se encontraban cinco personas, entre ellos Juan Carlos Villa y su hijo Emanuel cocinando un asado familiar quienes al verse enfrentados a los disparos huyeron del lugar.

Juan Carlos Villa fue apresado y agredido por el efectivo policial Adrián Lamadrid, quien le disparó varias veces, hiriendo a su hijo en el mismo ataque. Desde distintos medios de comunicación se intentó retratar este ataque como un enfrentamiento entre Juan Carlos y los policías, lo cual se desmiente ya que los hechos dan a conocer que Juan Carlos fue víctima de fusilamiento y que los únicos disparos ejecutados fueron realizados por los efectivos policiales.

Ante el despojo y genocidio, la defensa del territorio del pueblo Mapuche en Argentina ha presentado un alto proceso de criminalización, persecución y asesinatos los cuales dan a conocer la discriminación y no reconocimiento de su territorio. La muerte de Juan Carlos Villa marca la violencia y el racismo presente en Argentina hacia los Pueblos Indígenas que defienden la tierra, el agua y la biodiversidad.


Brazil

Nega Pataxó

Foto: Ambienta

Nega Pataxó era una lideresa y profesora del pueblo Pataxó Hã Hã Hãe que trabajaba con juventudes y mujeres. Fue asesinada el 21 de enero 2024 a mano de ruralistas (comerciantes y empresarios del sector agrícola), en un ataque en el que otros dos líderes salieron heridos. Los hechos hablan de un ataque organizado en el cual los terratenientes cercan la comunidad con camionetas y atacan a balazos. 

Con la presencia de la policía militar del estado de Bahía y con el consentimiento y negligencia de las autoridades federales, este grupo de ruralistas autodenominado “Invasión Cero” intentó tomar el territorio Caramuru, tierra tradicional del pueblo Pataxó, en el municipio de Potiraguá. 

El cacique Nailton, uno de los líderes heridos en el ataque, ha sido una fuerza ejemplar en la lucha por la autodeterminación de los Pueblos Indígenas en Brasil desde hace décadas, organizando talleres y retomadas* de sus tierras. Su perseverancia en la defensa del territorio se ha visto evidenciada por la retomada de más de 50.000 hectáreas de la tierra Indígena, Caramuru-Catarina Paraguaçu, junto con otras comunidades.

*Retomada: significa la recuperación de los territorios tradicionales Indígenas y de su cultura por parte de las generaciones Indígenas más jóvenes. Buscan recoger el conocimiento de sus mayores para volver a conectarse con su historia y cultura, reafirmando su identidad y evitando así la desaparición.Neri Ramos da SilvaFred Souza Garcete


Colombia

La protección del territorio, los saberes ancestrales y el cuidado de la vida continúa poniendo en peligro la integridad y la existencia misma de quienes dedican su labor a esta causa, generando un desequilibrio en la armonía y el buen vivir de los Pueblos Indígenas y, en última instancia, de toda la humanidad. En su informe desde el 2016, año de la firma del acuerdo de paz con las FARC, hasta septiembre de 2024, la ONU ha registrado 248 homicidios de líderes ambientales en Colombia. La mayoría de las víctimas eran Indígenas, afrodescendientes y campesinxs, asesinadxs principalmente por grupos armados ilegales.

Estas cifras posicionan a Colombia como uno de los países con las tasas más altas de homicidios de personas defensoras del medio ambiente. La violencia afecta mayoritariamente a regiones como el Pacífico, la Amazonía y el Orinoco. Departamentos como Cauca, Chocó y Nariño concentran la mayoría de los asesinatos, coincidiendo con áreas de fuerte presencia de disidencias de las FARC y grupos paramilitares y narcotraficantes, como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, también conocidas como Clan del Golfo.

A pesar de este panorama alarmante, la reciente ratificación del Acuerdo de Escazú por parte de Colombia representa un paso significativo hacia la protección de los defensores del medio ambiente, al promover la garantía del acceso a la información y la justicia para quienes salvaguardan la tierra y los recursos naturales.

El 10 de enero de 2024 la Asociación de Cabildos Indígenas del norte del Cauca (ACIN) denunció el secuestro del líder Nasa Rubén Darío Dagua en el municipio de Buenos Aires al norte del Cauca. El 16 de enero la ACIN comunicó que el frente Jaime Martínez (disidencias de las FARC) había entregado el cuerpo sin vida de Rubén Darío.

Esta situación exige una respuesta urgente tanto del gobierno colombiano como de la comunidad internacional para garantizar la protección de líderes y lideresas Indígenas y sus comunidades. Es fundamental que se implementen medidas efectivas para salvaguardar sus derechos humanos y promover un entorno seguro para la defensa de la vida y el territorio. El liderazgo de Rubén Darío Dagua es un legado para la resistencia cultural y la reivindicación de los derechos en medio de un contexto adverso.

Mexico

En México habitan 68 Pueblos Indígenas, quienes dan vida a una diversidad lingüística enriquecedora y a un saber ancestral y cultural que son los aspectos que caracterizan a los Pueblos Indígenas mexicanos. Aunque México firmó el Convenio 169 de la OIT en 1990, y en 1992 el país se reconoció como una nación pluricultural al modificarse el artículo 2 de su Constitución, esto no ha sido suficiente para erradicar la desigualdad y la falta de oportunidades y para garantizar el respeto a las formas de vida y culturas Indígenas.

Por otra parte, los Pueblos Indígenas en México enfrentan la presencia de modelos productivos y de desarrollo que atentan a sus formas de vida y principalmente su cultura, alterando la biodiversidad y afectando directamente a los territorios que habitan. Es así como diversos liderazgos que protegen la tierra y su cultura han alzado la voz para proteger la extracción de recursos naturales que afectan a sus comunidades y los sistemas de vida basados en el equilibrio con la naturaleza. Estos procesos han dejado violencia, asesinatos, desapariciones, hostigamientos y criminalización a líderes ambientales.

El informe más reciente de Global Witness indica que más del 70% de las personas defensoras asesinadas en 2023 en México eran de Pueblos Indígenas, registrando 18 asesinatos de defensorxs de la tierra y del medioambiente. Por lo que la  defensa de la tierra se ha convertido en una acción que trae consigo vulnerabilidad y peligro de quienes levantan sus voces y defienden la vida libre de contaminación y violencia, queriendo vivir  en respeto y armonía con la tierra.

Ver informe completo en https://www.cs.org/es/news/en-memoria-41-personas-defensoras-indigenas-asesinadas-en-2024-en-america-latina