viernes, febrero 7, 2025

Encuentro 9 y 10 de mayo en San Felipe: ¡A descongelar la discusión sobre la protección de glaciares!

La urgente “protección” de aquellas masas de hielo “eterno” comúnmente conocidas como glaciares ha tomado cierta notoriedad los últimos meses a propósito del pronunciamiento oficial del Ejecutivo como respuesta a la iniciativa que le antecede proveniente de la llamada Bancada Glaciar; una suerte de paralelismo competitivo que se ha traducido en fuertes cuestionamientos por la nula protección que en la práctica resulta la primera y por el claro desacople del mundo territorial y comunitario de la segunda, al que dice representar.

Las indicaciones sustitutivas que ha presentado el gobierno de Bachelet no han estado exentas del ojo crítico y con justa razón; primero porque la propuesta se basa en establecer glaciares como Reservas Estratégicas con la determinante de que sea una reserva hídrica relevante para la cuenca en donde se emplaza (cabe preguntarse ¿bajo qué parámetros se determina lo relevante de éste aporte a la cuenca?) además de comprobar que la masa de hielo ha permanecido en estado sólido por más de 10 años. Otro aspecto es el de la prohibición de las actividades que puedan ser perjudiciales pero sólo en glaciares que se encuentren dentro de una región virgen o un parque nacional lo que también ha levantado controversias. Además de una visión fragmentaria de lo que es un glaciar, levantando conceptos como glaciarete, simplificando y minimizando los principales modeladores del paisaje geográfico del país y establecer un área de “protección” de 500 metros desde la zona distal del cuerpo de hielo, haciendo con esto una especie de generalización sobre la geomorfología obviando las características propias de cada glaciar.

En tanto que la Bancada Glaciar, cofradía compuesta por los típicos personajes de las típicas ong’s y algunos parlamentarios de la Nueva Mayoría presentaron una propuesta que no logró el apoyo necesario para prevalecer, cuya principal crítica se basa en haber sido presentada con escaso respaldo social y territorial. Podemos rescatar de ésta lo aguda que fue en sus planteamientos sobre prohibiciones a las actividades económicas que constantemente agravan la situación de retroceso y pérdida de superficies glaciares, y considerar conceptos como ambiente periglaciar, reconociéndolo como un elementos central en la protección de los hielos. De este modo, no sólo se indica resguardar el objeto (glaciar) sino también su entorno.

Por otro lado, los precarios instrumentos con los que contamos como país para el resguardo de estas masas de hielo, como lo son la Unidad de Glaciología y Nieves de la DGA, la Política para Protección y Conservación de Glaciares y la Estrategia Nacional de Glaciares, siguen flotando en un gran lago de poca efectividad y una intencionada e interesada alianza con el que pareciera ser el lado oscuro de la ciencia glaciológica. Como referencia a esto último, se puede mencionar el caso del CECS de Valdivia, quie ha participado en más de una ocasión en la elaboración de políticas públicas pero vinculándose de forma paralela a grandes transnacionales tales como Barrick Gold S.A, facilitándoles y justificando la destrucción de glaciares en desmedro de una comunidad.

Imperiosa es una real defensa, que ponga un freno a las tasas de derretimiento acelerado de los glaciares a nivel mundial producto de este ya frenético y neurótico factor antrópico y que bien podríamos indicar como principal verdugo a la mega minería, pero también el sector energético (con Pascualama, Andina 244 y Alto Maipo como ejemplos respectivos), y sus particulares modus operandi.

Defensa que también debe estar cimentada en instancias de participación democráticas y abiertas, evitando lo que ya parece ser una práctica asumida en Chile, el apretón de manos entre cuatro paredes.

En la soledad de las altas cumbres y fiordos australes, sea cual sea su clasificación, los glaciares son ¡fuente de vida!; reservas de agua dulce en estado sólido. Resulta innegable a estas alturas omitir su importancia en la dinámica interna del ciclo hidrológico y en su contribución al caudal de los cursos de agua en las diversas cuencas de Chile.

Estos gigantes retirados representan sólo el 10% de la superficie terrestre emergida y son vestigios de la Era Cuaternaria de nuestro planeta, germinando desde la humildad de un cristal de nieve que logra compactarse con otros y aumentar su densidad para finalmente conformarse como hielo, todo esto bajo condiciones climáticas y geográficas idóneas.

El paso de lo unitario a una gran masa de hielo es también un reflejo metafórico de lo social. Eso busca fomentar y fortalecer el encuentro “Valles Movilizados por la Defensa de los Ecosistemas Glaciares” que tendrá lugar el 9 y 10 de mayo en la ciudad de San Felipe, ser un espacio de convergencia de territorios, saberes locales y académicos, establecer un lenguaje común y acciones conjuntas y conocer la experiencia de comunidades con largo camino recorrido en la defensa de glaciares. La valoración social que se levanta desde los espacios colectivos toma un rol medular en lo que se discutirá en este encuentro de valles.

De nosotr@s y nuestras acciones depende que estas maravillas estratégicas para el futuro continúen en vigilia acompañando los desafiantes procesos de transformación que Chile precisa en búsqueda de la justicia social y ambiental.

Invitan al encuentro:

Asamblea por el Agua del Guasco Alto

Finca Ecológica Eka -Chakra

Pacto Mundial Conciente

Raíces del Aconcagua

Red Metropolitana No Alto Maipo

Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, OLCA

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