La diversidad de hábitat en el mundo ha posibilitado el desarrollo de una gran variedad de culturas, las que han resuelto de diferentes maneras sus problemas de provisión de alimentos, abrigo, salud y bienestar. Este desarrollo es interdependiente con la creación de sistemas de conocimiento y se relaciona con las diferentes necesidades, costumbres y gustos de cada cultura. Esto hace, que también, el uso y la selección de plantas sean diversos, así como los criterios para incorporarlos en sus agroecosistemas, con lo cual, se corrobora que la diversidad cultural y la biodiversidad expresan una interacción, que, a través de la historia ha contribuido a enriquecer las diversas expresiones culturales de las sociedades.
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