viernes, marzo 29, 2024

Declaración de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Defensa de la Vida

Los pueblos del mundo reunidos en Tiquipaya, Bolivia del 10 al 12 de octubre de 2015, hemos trabajado en una propuesta consensuada para ser presentada a la comunidad internacional y a los gobiernos del mundo para preservar la vida y contra el cambio climático; como una respuesta urgente a un fallido sistema capitalista y modelo civilizatorio que son la causa estructural de la crisis climática en el mundo.

Esta declaración reúne nuestro pensamiento y sentimiento, y es nuestra propuesta para las negociaciones internacionales de las Conferencias de Partes de Naciones Unidas sobre cambio climático, medio ambiente, desarrollo sostenible y otros escenarios relevantes, así como para la agenda permanente de los pueblos para la defensa de la vida.

La transición hacia el modelo de civilización del Vivir Bien

El mundo está siendo azotado por una múltiple crisis global que se manifiesta en una crisis climática, financiera, alimentaria, energética, institucional, cultural, ética y espiritual y en un estado de guerra permanente. Esto nos señala que estamos viviendo una crisis integral del capitalismo y de un modelo de sociedad. Para sobrevivir, la humanidad tiene que liberarse del capitalismo porque conduce a la humanidad hacia un horizonte de destrucción que sentencia a muerte a la naturaleza y a la vida misma.

El modelo civilizatorio occidental articulado al sistema mundial capitalista ha sido expandido por las potencias imperiales y los países del Norte con crímenes de lesa humanidad, saqueos y sometimiento de nuestros pueblos; las guerras han sido el instrumento de sometimiento y dominación que ha utilizado el imperialismo para imponer su voluntad política y económica. Las guerras también han sido empleadas por las corporaciones transnacionales para arrebatarles el mar a los pueblos atentando contra su derecho al mar.

El colonialismo de las potencias del Norte ha ejercido opresión y dominación sobre la humanidad, haciendo que los pueblos pierdan su identidad y reproduzcan modelos ajenos, donde la naturaleza y el mismo ser humano son un capital a ser explotado. El orden colonial ha pretendido imponer una homogeneización económica, social, cultural y política a todos los países del Sur. Actualmente las potencias imperiales siguen violando de forma permanente la soberanía de los Estados, usando bombardeos, invasiones, guerras internas, espionaje y desestabilización de gobiernos democráticos para someter a los gobiernos y pueblos del mundo.

No es solamente el modelo armamentista y de la guerra el que destruye la vida en el planeta, también son los modelos económicos y la arquitectura financiera internacional los que estrangulan las economías de los países que intentan ser soberanos y dignos. Por esto, la reestructuración de la gobernanza de las instituciones financieras multilaterales debe ser un proceso transparente, consultivo e incluyente que permita llevar adelante un proceso de reforma del sistema financiero y monetario internacional.

Tenemos que poner en marcha un nuevo modelo civilizatorio que valore la cultura de la vida y la cultura de la paz, que es el Vivir Bien. El mundo precisa transitar hacia la visión holística del Vivir Bien, profundizando la complementariedad entre los derechos de los pueblos y los derechos de la Madre Tierra, que implica construir una relación de equilibrio entre los seres humanos con la naturaleza para restablecer la armonía con la Madre Tierra. El Vivir Bien en armonía con la Madre Tierra es el nuevo modelo de civilización para preservar la comunidad de vida, donde la Madre Tierra es un ser vivo sagrado y no un objeto para la explotación de los seres humanos.

Hoy, los pueblos del mundo nos sublevamos contra un sistema capitalista que promueve los negocios ambientales, la mercantilización y la privatización de las funciones ambientales de la naturaleza, que son y deben seguir siendo un bien común de los pueblos. Nos sublevamos contra el capitalismo que es la causa estructural del cambio climático y que pretende someter los ciclos vitales de la Madre Tierra a las reglas del mercado bajo el dominio de la tecnología capitalista.

La ciencia, los conocimientos y la tecnología deben ser instrumentos que promuevan la paz, la no violencia, la armonía, la vida plena y el vivir bien; deben estar orientadas a erradicar el desequilibrio del ser humano consigo mismo y con
la Madre Tierra.

La lucha de los pueblos en este siglo es la lucha por la defensa de los bienes comunes y el patrimonio común. En el capitalismo los bienes comunes se privatizan, son saqueados y explotados para el beneficio de unas pocas personas, empresas y transnacionales. La armonía global de la Madre Tierra constituye la base de nuestro patrimonio común y el espacio atmosférico se ha convertido en el patrimonio común más importante de la sociedad actual.

La colonización atmosférica con la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, producto de la excesiva e irracional industrialización de los países desarrollados, ha quebrado el equilibrio en la Madre Tierra. Si la temperatura se incrementa más allá de los 1,5 grados centígrados estaremos viviendo una catástrofe planetaria. Ante la impunidad de los delitos de los países contra la
Madre Tierra, es una necesidad inmediata contar con un sistema jurídico internacional que castigue a los países que no cumplen con sus compromisos internacionales de proteger la integridad de la Madre Tierra.

El capitalismo ha contraído múltiples deudas con la humanidad y con la Madr Tierra, como ser la deuda climática, deuda social y deuda ecológica. Los países capitalistas y desarrollados han profundizado la brecha entre ricos y pobres que existen en el mundo, han impulsado la expropiación y la usurpación de recursos naturales de los pueblos y países del Sur, han acumulado la riqueza, en detrimento del bienestar de nuestros pueblos, deteriorando su riqueza espiritual y moral.

En el mundo se está perdiendo la vida en comunidad y la vida en familia. Pocos pueblos son los que practican la solidaridad y la complementariedad entre las personas y de ellas con la naturaleza. Las religiones y espiritualidades del mundo son el resguardo moral de la sociedad en la construcción de una cultura de paz y cultura de vida, de diálogo a la solución de la crisis climática y a la crisis social que destruye la vida y nuestros valores comunitarios, y crea desequilibrios y conflictos en las sociedades, empobreciendo a las personas, sobre todo a las más vulnerables, niñas, niños, adolescentes, y víctimas de las guerras, de la trata y tráfico y de la discriminación.

Por culpa del capitalismo no sólo la Madre Tierra está enferma sino también la humanidad. La humanidad no debe vivir sin valores y sin principios éticos. La humanidad no puede vivir soportando la imposición de un solo modelo económico, político, social y cultural. La humanidad no debe vivir separada en clases, dividida por élites políticas y bajo religiones y creencias impuestas a la fuerza, bajo visiones que separan a los seres humanos de la naturaleza y rompen el equilibrio entre los seres vivos.

Tenemos que sanar a la humanidad para salvar a la Madre Tierra. En un escenario donde nuestra Madre Tierra se encuentra más herida y el futuro de la humanidad se ve en mayor peligro, los pueblos del mundo debemos seguir dialogando y defendiendo la vida.

Acciones para defender la vida y contra el cambio climático

Los pueblos rebeldes del mundo con un espíritu profundamente revolucionario, planteamos a la Madre Tierra, a nuestras hermanas y hermanos del mundo entero y a todos los seres vivos criados por la Madre tierra, las siguientes acciones en defensa por la vida y contra el cambio climático.

1. Acciones de los pueblos para luchar contra los intereses capitalistas en contra de la vida

  • Fortalecer la conciencia, visión y unidad de los pueblos para construir un sistema mundial socialista y comunitario para la vida, que fortalezca la recuperación de los bienes comunes, los valores éticos en la humanidad, la autodeterminación de los pueblos y les devuelva su capacidad de gobernarse así mismos, promoviendo la relación armónica con la naturaleza.
  • Los pueblos por intermedio de sus organizaciones sociales y comunitarias deben tomar el poder político, económico y militar construyendo nuevas formas estatales plurinacionales para gobernarnos a nosotros mismos, creando nuestras herramientas de cambio y transformación.
  • Construir y consolidar un orden mundial que sea justo, equitativo, estable y pacífico, defendiendo y promoviendo los derechos integrales de nuestros pueblos, emprendiendo el camino de la armonía con la naturaleza y el respeto a la vida.
  • Afirmados en la vivencia y propuesta del “Vivir Bien” como una nueva forma de convivencia alternativa que erradique el capitalismo que provoca una crisis de la civilización occidental, recuperamos y revalorizamos los conocimientos, sabidurías, prácticas e idiomas ancestrales de todos nuestros pueblos indígenas originarios campesinos y afrodescendientes.
  • Reafirmamos los principios ancestrales del Ama Sua (no seas ladrón), Ama Llulla (no seas mentiroso) y Ama Quella (no seas flojo), reconocidos por la NNUU como principios universales para los pueblos.
  • Exigimos el impulso y transformación de la matriz productiva en lo local nacional e internacional, a prácticas soberanas y armónicas con la naturaleza y la vida (agricultura familiar, agro ecología entre otros).
  • Apoyar de forma integral a las poblaciones vulnerables producto de la explotación laboral y de la mercantilización de los seres humanos, e impulsando una red mundial de lucha contra la trata y tráfico de personas, apoyo a niñas y niños abandonados, mujeres jefes de hogar y niñas y niños trabajadores.
  • Reorientar el sistema educativo, recuperando los principios, culturales, comunicacionales y espirituales del nuestros pueblos, a fin de cambiar los patrones de consumo en las actuales y futuras generaciones, alcanzando la formación del ser humano, alternas al capitalismo, con visión integral de vida en armonía con la Madre Tierra.
  • Exigimos a los Estados fomentar y potenciar los medios de comunicación comunitarios y populares para enfrentar la concentración mediática con políticas antimonopólicas activas.
  • Publicar y difundir, información la sobre los niveles de dióxido de carbono que causan el calentamiento global.
  • Exigir la publicación masiva de información sobre investigaciones de la verdad de los daños y consecuencias de aquellas tecnologías que están al servicio del capitalismo.
  • Priorizar una alimentación sana y saludable para los pueblos ejerciendo nuestra soberanía alimentaria.
  • Consideramos el mensaje de la “Red para la defensa de la humanidad” aprobado en la Cumbre de Rio + 20, suscrita por importantes intelectuales y movimientos sociales.
  • Generar con base en los planes nacionales la reutilización de los residuos con un valor agregado, para generar empleos y cambiar el modelo económico productivo.
  • Reafirmar el rechazo de los tratados que vulneran la soberanía y los derechos de los pueblos, como los TLC entre otros.
Ver la Declaración completa (formato PDF)
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