
En el marco del Segundo Festival de Fotografía Wallmapu Foto, te invitamos a visitar hasta el lunes 29 de septiembre desde las 9 a 18 horas, la potente exposición fotográfica ‘Meli / Miradas desde Ngulumapu’.
«Cuatro voces, cuatro miradas que brotan desde lo profundo de nuestro territorio y se entrelazan con la memoria», exposición convocada por la agrupación Wallmapu Foto.
La muestra fotográfica está disponible para ser visitada de lunes a viernes entre 9 a 18 horas, en la Galería de Artes del Centro Cultural de Padre las Casas, ubicada en Maquehue #1441, y es abierta y gratuita a público de todas las edades.
Exponen
Daniela Meliantulafken @meliantulafken , Isla mocha.
Luciano Márquez @luminiscencian, Temuko
Jorge Olave @gabinetefotosensible , Curacautín
Patricio Saavedra @patricio_saavedra_p, Comunidad Venancio Huenulao, sector Botrolhue
09:00 a 18:00 horas
Galería de Artes, Centro Cultural de Padre las Casas. Maquehue #1441, Padre las Casas.

Fotografías: Patricio Saavedra
MELI. MIRADAS DESDE NGULUMAPU
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MELI. Equilibrio y armonía. Meli las direcciones, los periodos y las energías del
universo en su constante movimiento. Meli no solo es un número. Meli son Pikun
(Norte), Willi (Sur), Puel (Este) y Gulu (Oeste). Meli es el ciclo que ordena el mundo.
Pukem (invierno), Pewü (primavera), Walüng (verano), Rimu (otoño); el renuevo, el
brote, la cosecha y el retorno a la invernada. Meli también son kuse (mujer
mayor), fücha (hombre mayor), üllcha domo (mujer joven) y weche wentru (hombre
joven). Meli es la tierra, el agua, el aire y el sol. Meli es la disposición del universo en
sus magnitudes y en sus tensiones. Desde la violencia del viento y la lluvia y el ímpetu
de la juventud hasta la tranquilidad del fuego contenido en el hogar y la sabiduría de la
memoria.
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MELI. Los rostros que se develan o se ocultan en cada una de las miradas. Y desde
cada mirada los espectros que emergen sobre el papel iluminado. Los espíritus habitan
el territorio desde sus vértices, cuando los cuerpos no son solo cuerpos ni continentes
ni superficies. Cuando los cuerpos no son solo sus coordenadas bajo el humo de la
ciudad. Cuando los cuerpos son el territorio.
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MELI. Un cuerpo de espaldas al ojo que lo dispara, contenido en la ngalka como
pedazos del pangal. El rostro como el límite que traza su silencio. Un rostro como
umbral de la historia y su memoria. «Margarita Ramírez que alegraba las horas
cantando en la guitarra» antes de ser encarcelada junto a sus hijas. Antes de la
matanza. —Ranquil, 1934—. Su rostro sobre la hoja de la capuchina. Rostros
desenfocados, fuera de cuadro o sobre unas monedas de baja denominación. —100
pesos, un siglo—. Sus contornos y siluetas contra la epidermis de la ciudad. En el
rostro del weche wentru investido en el kollon del bosque. Mawida y pangal en el centro
del universo mientras la ciudad y su expansión inmobiliaria avanza sin detenerse.
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MELI. Decir miradas para decir rostros. Decir rostros para decir memoria. El gabinete
como umbral para acceder a otro tiempo. Y sobre ese tiempo construida, ladrillo a
ladrillo, una muralla para ocultar nuestros recuerdos. Un kollon para el cuidador frente a
un mundo visto por primera vez. Unas monedas en la equivalencia metálica del
desprecio y en el símbolo desplazamiento. Una memoria frágil como la hoja que lo
porta y como los cajones que archivan el olvido. Un memoria que nos confronta cara a
cara y ojo a ojo como brotes de la misma semilla.
Patricio Alvarado Barría



