viernes, diciembre 6, 2024

Tranguil y la violencia hidroeléctrica: “Ayer sucedió lo que temíamos”

Un relato sobre la experiencia presencial de lo que significó la imposición del tendido eléctrico en el territorio de Tranguil – Panguipulli, ejecutado por la empresa SAESA junto a fuerzas represivas policiales del estado, a favor de la conectividad de las hidroeléctricas de la empresa austriaca RP Global.

La resistencia a estos hechos ha significado la criminalización de dirigentes, comuneros y comunicadores sociales.

Cabe consignar que en el marco de este conflicto, bajo previas amenazas  a quienes se oponen a estos proyectos, murió Macarena Valdés, quien era madre de 4 hijos y pareja del werken Rubén Collio, hecho que se ha denunciado como un asesinato y no como un suicidio como se pretende cerrar este martes 7 de marzo por parte de la Fiscalía de Panguipulli.

El relato que viene a continuación corresponde a Hans Labra, músico, documentalista, escritor y trabajador de diversos artes y oficios. Ha sido integrante de Antu Kai Mawen, realizando a su vez la producción de un documental del mismo nombre. Asimismo es escritor, autor del libro ‘Lluvia de Sol. Memoria del Canto’, entre otras creaciones.

Ayer sucedió lo que temíamos.

7:30 am. Tenía fuego prendido y le estaba calentando su leche a mi pequeño hijo cuando llegó el llamado que jamás quise recibir. Ojalá nunca hubiera sucedido, pero pasó “Peñi, está SAESA con los pacos cambiando los cables en Tránguil”… conchesumadre!!

El paraíso cordillerano, fuente de vida, fue invadido por huestes oscuras, como si se tratara de una saga joligudense en que llegan los orcos y lo destruyen todo. Miraba el entorno y la naturaleza estaba en calma, el río seguía su curso, los árboles se mecían al viento, los pájaros cantaban… las hormigas caminaban bajo nosotros en sus microcósmicos paisajes buscando su alimento… pero, qué pasó entonces? ¿Cómo llega a causar tanto desequilibrio el ser humano? ¿Cómo le explico lo que sucedió ayer en Tránguil a mis hijos? ¿Cómo te explico a tí, que estás leyendo mis sentimientos, que no te veo, -pero te siento- mientras buscas alguna explicación en estas palabras? Cómo le explico a mis hijos que la vida se teje en cada instante, de un modo distinto para cada ser de esta tierra… cómo le cuento que son las vivencias de cada persona lo que va construyendo la realidad del ser humano. Cómo le digo que cada ser humano es un universo en que se suceden y se enfrentan una y otra vez las fuerzas que todo lo sustentan y todo lo destruyen. Ayer la fuerza del mal actuó a través de seres que ni se dieron cuenta de lo que sucedía, que ni eran culpables ni responsables.

Pero sucedió lo que temíamos.

Podría decir que mil ideas pasaron por mi mente, pero no es cierto. Sólo sabía que había que hacer algo, pero no sabía qué, nada me hacía pensar siquiera en una solución. Lo único concreto que tengo, lo único concreto que tenemos… -pienso mientras corro por los campos cruzando cercos, llendo a toda prisa hacia la casa del peñi que me llamó-, es revivir, reforzar y aumentar los vínculos territoriales, reestablecer alianzas y ser honesto en comprometerse sólo en lo que se siente uno capaz de cumplir, pero vincularse con honestidad a las comunidades, a los grupos, a los movimientos humanos que buscan organizarse y reestructurar las redes populares que tan brutalmente nos destruyeron en el pasado. Llego a su casa, nos miramos y en sus ojos veo la misma impotencia mia, la misma angustia de sentir que un monstruo grande amenaza no sólo a nuestras familias y amigos sino a todas las familias, a toda la gente… no sólo a nuestro territorio sino a toda la Tierra… no sólo ayer, sino desde antes y hacia el futuro.

Solo yo tengo licencia, me pasa las llaves mientras cierra su casa, echo a andar su vehículo y su mujer y su cuñada llegan corriendo y se suben, el peñi también se sube, y todos nos miramos por un segundo… vamos? …vamos!! me dicen a una voz, y partimos con una urgencia como si de salvar al planeta agonizante se tratara. Y eso era. De un modo u otro, eso era. El equilibrio se había roto. Seguía corriendo el río, las hormigas buscaban su alimento… pero un grupo de seres había transgredido la verdad, la honestidad y la paz.

Lo único que puede generar un cambio profundo -pienso, mientras volamos a más de cien por hora sobre un camino de ripio cordillera arriba- es que la humanidad se una, que la humanidad se vuelva hacia sí misma, que recupere lo sagrado de la pro-creación, que asuma la gente que lo que tiene en la mente al momento de engendrar… eso constituirá la vida psiquico-emocional de la nueva generación. Lo que hay en la mente del hombre y la mujer al momento de engendrar, eso se imprime en la mente del nuevo ser con una fuerza tan imborrable, que llega a constituir su carácter y su vida. Y siempre que esa unión pro-creadora sea basada en el amor, podrá cada hombre y cada mujer avanzar hacia crear un mundo mejor, más justo, más libre.

La hermosa cordillera, paciente y anhelante, reverdecida en la primavera y coronada de nieves y minerales, nos veía pasar por sus faldas a toda prisa. Nos sentíamos dispuestos y capaces de enfrentar a una autoridad inmoral que se ha impuesto por la fuerza. El control territorial que habíamos establecido pasado el funeral de Macarena había creado la sensación de que éramos cientos los peñis que custodiábamos a la familia Collío Valdés. Pero ese día 13 de octubre estaban solos. Llegamos a la Cuesta los Añiques y un pestañeo después ya estábamos en Llonquén. Reestablecida la importancia de engendrar la familia con amor y conciencia -pienso, aferrado al volante-, sólo nos faltaría restablecer los vínculos con la familia humana toda, y sentir como propios los problemas de cualquiera. Pero siempre volver al comienzo, siempre volver a tratar de interconectar la familia nuclear a la familia global. Son únicamente los vínculos con la gente, con los vecinos, con los pares, lo único que nos salvará, no llegarán instituciones ni supererues, incluso tal vez muramos en el intento… pero trabajar en fortalecer los vínculos con honestidad nunca será trabajo perdido.

Estamos sólo a 2 kilómetros de llegar y topamos de frente con un control de Carabineros de Chile a las 7:50 am. Nos detienen y nos piden los papeles del vehículo y mi licencia. Todo en regla. Pasamos y llegamos a Tránguil. Huestes oscuras cubren los caminos y el puente… abandonamos el vehículo y nos metemos por entre ellos como en un callejón oscuro del que esperamos salir con vida, mientras pienso: “Padre…Madre…perdónenlos, porque no saben lo que hacen”.

¿Cómo le explico a mis hijos qué hizo que un grupo de personas, de seres humanos, se coordinaran a escondidas, llegaran a ejecutar un procedimiento ilegal, con uso desmedido de la fuerza y trabajando -finalmente- del lado de ese monstruo que debora y destruye? ¿Qué es lo que los mueve si no es la vocación de defender a la gente de los que abusan de la autoridad? Corremos a la zona de conflicto. La misión es evitar que cambien los cables, me cuelgo de uno mientras tratan de subirlo al poste, el resto de nosotros trata lo suyo en otros lados, veo al peñi Rubén en medio de la calle luchando, rodeado de buitres de verde que intentan devorarlo, se acercan más orcos a sacarnos, forcejeos, llaves de brazo y amenazas de llevarnos detenidos, me arrastran al zorrillo pa subirme y me salva el peñi, mas amenazas, mas forcejeos… su mujer y su cuñada le enrostran su inconsecuencia y su injusticia al paco que parece estar a cargo del operativo. Me sacan de la zona del conflicto y se cierran como muro pa evitarme el paso, qué hago? La lucha sigue, corro a la casa a buscar lápiz y papel, registro nombres y cargos, me acerco a hablarles a un grupo de fuerzas especiales que esperan actuar a distancia de unos 20 metros, de lejos se ven feroces con sus trajes reforzados, de cerca son tan gente como nosotros… es algo difícil de explicar. Ignorancia, temor, necesidad… ¿qué los mueve? no lo sé, de verdad no lo sé… pero, como sea, sólo siento que no son culpables y les doy mis bendiciones mientras el resto los maldice. Me lo agradecen. Les solicito información del operativo, de las autorizaciones, de los nombres de los oficiales a cargo, les hablo de lo que está sucediendo y reconocen no saber nada, cuando les cuento lo de Macarena muestran desconcierto, cuando les pido que detengan a su oficial superior por actuar fuera de la ley miran hacia otro lado. Uno que otro se atreve a darme información.

En medio de irregularidades dignas de repudiar, SAESA instala sus cables de mediana tensión con el resguardo de los que debían evitarlo, bajo una atmósfera de tan alta tensión que dejó de oirse el río y los pájaros se volaron. “Los linieros, los heroes de la electricidad” decía un reportaje el otro día, ja, los linieros trabajan sin parar mientras frente a ellos un puñado de mapuches intentamos lo imposible. Terminan su pega y todo acaba. La empresa se retira y Carabineros en vez de irse a Valdivia se va a Liquiñe a urdir una explicación para lo que sucedió. Pero, ¿podrán explicar lo inexplicable?, ¿habrá algún estamento del Estado de Chile que sea capaz de explicarnos lo que sucedió?. Ya en la noche llego a la casa y mis hijos duermen, mañana tendré ocasión de contarles lo que viví… pero, cómo se los explico? Miro por la ventana hacia afuera, otro día llegó.

Araucanía, Chile, octubre 2016.

Ver video y escuchar audio en: http://www.mapuexpress.org/?p=11649

 

 

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