sábado, abril 20, 2024

Violencias en la intimidad del pueblo Mapuche. Una reflexión en tiempos de cuarentena

«Son muchos los cuestionamientos que surgen ante una realidad que está más que presente y del cual estamos al debe como pueblo, que se supone está generando las bases para recuperar la denominada autonomía, que no se basa en lo que permite y dictan los estados tanto chileno como argentino, sino que la anhelada autonomía que alguna vez tuvimos como pueblo Mapuche, pero ahora erradicando todo tipo de violencias de nuestras familias y de nuestras comunidades, las cuales luchan día a día tanto en Puelmapu como Gulumapu para lograr ser un pueblo con  Kume mongen.»

                                                                                                                       15/06/2020

Por Magdalena Chikawal Kilaman

                                                      Bárbara Chikawal

Actualmente tanto los habitantes del Abya Yala como de Wallmapu, estamos viviendo el desarrollo de una pandemia proveniente desde el Occidente denominada COVID-19 o más conocida como Corona virus, el cual estuvo siendo anunciada como parte de un mal periodo que se nos avecinaba, esto según los diferentes mensajes que llegaron a través de  nguillatunes, pewmas, nutram, incluso nuestra Ñuke mapu nos evidenció el florecimiento de la Kila, que según el kimun de pu kuifiche, ese hecho no era nada bueno, por lo cual debíamos prepararnos mediante el fortalecimiento de nuestro feyentun. En este sentido, la llegada de dicho virus ha ido generando en nuestro territorio diversas estrategias como medidas de prevención, entre los cuales se encuentra el ejercicio de fortalecimiento de control territorial de nuestras comunidades para evitar la propagación de este wingka kutran, el cual tiene a los estados desarrollados y en vías de desarrollo, tratando de manejar algo que a primeras luces simplemente se les fue de las manos, ya que el número de contagiadas, contagiados y que decir de las fallecidas y fallecidos, aumenta día a día y por más que tratan de realizar proyecciones para volver a su “normalidad”, no existe hasta el momento una fecha exacta.

Pero este tiempo de cuarentena que nos tiene encerradas y encerrados en nuestros hogares, ha evidenciado un aumento significativo de las denuncias en torno a la Violencia contra la Mujer (VCM) y Violencia intrafamiliar (VIF), que cabe señalar, son conceptos instalados en el Estado chileno, los cuales son utilizados para tipificar y sancionar diferentes tipos de violencias dentro de su marco legal. Ante estos datos que se visibilizaron en la Fvta warria, específicamente en la comuna de Providencia, donde las cifras de denuncias por las violencias antes mencionadas llegaron al 500%, porcentaje más que alarmante que genera muchos cuestionamientos, nos lleva a preguntarnos ante este tipo de denuncias, ¿Cómo se encuentran  las mujeres y familias del pueblo Mapuche residentes tanto en comunidades y espacios urbanos en tiempos de cuarentena?.

En este contexto, el mencionar esta realidad a pu lamieng que se encuentran tanto en comunidades como en espacios urbanos, es algo que se evita, es un tema oculto dentro de las familias y si se logra entablar algo de diálogo, surgen con violencia posturas de que el pueblo Mapuche siempre ha sido machista, por ende los hombres Mapuche utilizan ese «poder» mediante diferentes tipos de agresiones en contra de las mujeres y los diversos miembros de la familia, tales como niñas, niños, quienes ven este tipo de malos tratos ejercidos tanto por sus abuelos, padres, tíos, hermanos, familiares en general, como «algo normal«, lo cual replican en sus relaciones, manteniendo de esta forma la cadena de agresiones, el cual se perpetúa en el diario vivir. Pero ante el supuesto de haber sido así, esto quiere decir que el patriarcado que defienden algunos lamieng, se fortaleció con la llegada de los colonizadores a nuestro territorio, lo cual ha ido dejando historias crueles de maltratos familiares en diferentes generaciones, las que marcaron en su momento la vida de nuestras abuelas, tías, incluso a nuestras madres, surge una nueva interrogante, ¿Por qué debemos mantener en nuestro pueblo una mala práctica que sólo genera desequilibrio en nuestros espacios íntimos?.

Son muchos los cuestionamientos que surgen ante una realidad que está más que presente y del cual estamos al debe como pueblo, que se supone está generando las bases para recuperar la denominada autonomía, que no se basa en lo que permite y dictan los estados tanto chileno como argentino, sino que la anhelada autonomía que alguna vez tuvimos como pueblo Mapuche, pero ahora erradicando todo tipo de violencias de nuestras familias y de nuestras comunidades, las cuales luchan día a día tanto en Puelmapu como Gulumapu para lograr ser un pueblo con  Kume mongen.

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