El artista presenta una obra en vídeo y objetos ancestrales de la cultura mapuche que son parte de la muestra de la décimo primera edición de la Bienal de Berlín en Alemania, bajo la curaduría de María Berríos, Lisette Lagnado, Agustin Pérez Rubio y Renata Cervetto. La muestra inauguró el 5 de septiembre y estará abierta al público hasta el 1 de noviembre del 2020.
Por Gonzalo Eduardo Medina Parra
Con un notable retraso, a causa de la pandemia mundial por covid-19, este pasado 5 de septiembre inauguró una nueva edición de la Berlín Biennale “The Crack Begins Withinen”, en la que participan cinco artistas chilenos: una selección de obras que son parte de la colección del Museo de la Solidaridad Salvador Allende, la artista Gracias Barrios, la destacada obra multidisciplinar de Francisco Copello, Cecilia Vicuña y los artistas visuales mapuche Paula Baeza Pailamilla y Francisco Huichaqueo. Este último participa en la 11ª Bienal gracias al patrocino de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo VRID de la Universidad de Concepción.
La participación e invitación del académico del Departamento de Artes Plásticas de la UdeC, Francisco Huichaqueo en la Bienale de Berlín, corresponde a la exhibición de Wenupelon-Portal de luz. 2015-20, visitada por las curadoras de la bienal en enero pasado en Santiago de Chile, siendo seleccionada toda la obra cinematografica que complementa el total de la exhibición con prendas y objetos mapuche, donde la obra kuifi ül-Sonido Antiguo se presenta como una nueva pieza cinematografica filmada especialmente para la Bienal. Wenupelon en su gestación, fue dirigida bajo los parámetros de la cosmovisión mapuche consultando cada proceso a gente sabia del pueblo, entre ellas Juana Paillalef directora del Museo Mapuche de Cañete (Ruka Kimün taiñ volil) y Silvia Kalfuman, en su rol de machi. Para Huichaqueo una parte importante de las decisiones creativas fueron develadas por medio del Pewma (sueño, o revelación) propio del mapuche cuando se enfrenta a desiciones importantes. El azul sagrado del amanecer es también el color de la bandera de ícono de lucha mapuche (wiñelfe-lucero de la mañana). Wenu Pelon es una invocación, un llamado espiritual para liberar a los encarcelados en la época colonial, incluyendo los objetos mapuche saqueados que se encuentran en las bóvedas de museos alrededor de todo el mundo.
Filmada el primer día del Wiñol tripantü, la obra Kuifi ül está habitada por el canto de la trutruka, un instrumento de viento que resuena en los bosques de lanco (Región de los Ríos) y en todo el territorio durante varios días durante la ceremonia mapuche. Dentro de la instalación, el sonido tiene como objetivo despertar los objetos mapuche –un kultrün, un pifüllka, un metawe- que normalmente están en custodia de un museo alemán, quitados de las manos de quienes los crearon. Para Huichaqueo, este encuentro temporal entre las pertenencias de su pueblo y su antiguo canto constituye una preparación espiritual para el inevitable retorno a su hogar de estos objetos, con su gente. Hoy los linajes Kalfiu-Aburto Panguilef, Cañuta, son las que representan en escena este Llellipun filmico.
Los objetos presentes en la muestra, fueron gestionados gracias a las acciones de la plana mayor de la Bienal y sus curadoras, complementadas con vídeo llamadas de parte de Huichaqueo hacia la dirección del Museo Etnografico de Berlin, logrando un préstamo difícil de gestionar desde su dirección. Entre ellas Metawes, Kultrunes y pifilkas de uso espiritual, su data es de alrrededor de 300 a 400 años.
En palabras del artista: “Somos un cantaro roto, por que un genocidio rompió nuestra forma de vida, nuestro ecosistema (Itrofill mogen), por esa razón, quiero por mi antiguos recuperar por medio de estas acciones en los museos del mundo lo que nos pertenece. Restituir de alguna manera lo que fue arrebatado de su lugar de origen para volver al equilibrio y significarnos como una cultura integra nuevamente, en otras palabras quiero reparar ese cantaro roto, quiero que vuelva lo mapuche a wallmapu y sea tocado por sus descendientes y dialoguen con su pasado que también es futuro. El instinto espiritual antes que la razón”, concluyó.