La Ciudad de Temuco se fundó sobre el ecocidio de humedales, con la depredación de un lugar sagrado como el cerro Konün Wenu, con la sangre de miles de vidas Mapuche, con el sacrilegio de cementerios, con la espalda al majestuoso río Cautín, con la pérdida de identidades y con calles y lugares públicos que celebran nombres de genocidas como: Urrutia, Trizano y Recabarren.
Hoy, un ejemplo de este racismo construido, es el depósito de basura que hace la ciudad de Temuco y localidades de alrededores, tirados de manera descontrolada en tierras de comunidades Mapuche en el sector de Boyeco, camino a Chol Chol, contaminando tierras y aguas con miles de toneladas de basura.
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