El lunes 23 de febrero se suspendió el rodaje de la película “Guineos: para morir de hambre mejor morir luchando” que se realizaba en las comunidades afrocampesinas y montubias de la provincia de Esmeraldas, en la costa ecuatoriana.
De producción comunitaria, el largometraje de ficción busca relatar los hechos de 1968 que desencadenaron el paro bananero liderado por el pueblo afrocampesino y montubio del Cantón Muisne, exigiendo un pago justo y poniendo fin al siniestro comercio bananero en esas tierras.
La Unión de Organizaciones Campesinas de Esmeraldas junto a AllpacheCine son los responsables directos de la realización de dicha película, ganadora de la convocatoria del Consejo Nacional de Cine de Ecuador, y para tal fin hicieron un acercamiento a la Universidad de las Américas -UDLA- aceptando un ofrecimiento de la institución. La UDLA, bajo una de sus políticas educativas conocida como “Vinculo comunitario”, se comprometió a apoyar éste proyecto con equipo técnico de rodaje y un grupo de estudiantes de la carrera de Multimedia y Audiovisuales, dirigida por Paulina Donoso, con quien se sostuvo consecutivas reuniones.
Con locaciones en cinco comunidades afrocampesinas y montubias (San Francisco, Galera, Galerita, Bilsa y Abdón Calderón), con un elenco de 12 protagónicos y un reparto de más de 100 extras integrantes de ocho comunidades (San Antonio de Chipa, San Francisco, Galera, Galerita, Aventura de la vida real, Colorada, La Tortuga y Guariche), los actores y actrices iniciaron su entrenamiento hace seis meses.
El cronograma de rodaje estipulaba ocho días, pero al tercer día de grabación la UDLA decidió retirar sus equipos técnicos y humanos argumentando “que la producción de la película no cumple con los estándares de calidad que exige la universidad”. Esta decisión fue promovida por el docente Andrés Rebelo que acompaño a los estudiantes el primer día y acostumbrado a los lujos de Quito, quedo espantado por las condiciones en las que viven los campesinos.
La exigencia de la universidad no tiene sustento en ninguna promesa. Desde el primer momento los productores de la película y el equipo de directores expusieron la realidad que viven las comunidades afrocampesinas y montubias de Esmeraldas, una provincia históricamente abandonada por las políticas públicas y con el 80% de su población de origen afro. Se les expuso que realmente se iba a convivir y a vincular completamente con las comunidades y en ninguna ocasión los estudiantes expresaron su negación de acompañar.
¿Cuáles son los estándares de calidad que exige la universidad? ¿y cuál es el “vinculo comunitario” que pregonan?, se le pregunto al docente. Sínicamente respondió que los equipos son delicados y costosos y los estudiantes estaban en condiciones inhumanas y antihigiénicas. Es decir que las mujeres y hombres afroecuatorianos y montubios de Esmeraldas que abrieron sus casas y sus corazones con un entusiasmo gigante para recibir a los quiteños, con el fin de aportar a la película que contará sus vidas, no son humanos y tampoco higiénicos. En el siglo XIX era común escuchar que los afros y campesinos eran animales, pero en pleno siglo XXI las palabras del docente de la UDLA aterran.
Entonces surge el interrogante necesario: ¿Cuál es la causa para que la UDLA abandone el rodaje, rompa su compromiso, desprecie todo el desplazamiento de personas y recursos y dañe los sentimientos de las comunidades afrocampesinas y montubias de Esmeraldas? Pues el racismo es la respuesta. El asco, la ignorancia, la exigencia de lujos ante una realidad empobrecida, los prejuicios, la aberración y el desprecio hacia el diferente son actos de racismo.
El docente Andrés Rebelo es un “empleado” como él mismo se definió, de manera que la institución UDLA es la directa responsable de los graves daños y los enormes perjuicios que se genero a esta producción.
La película “Guineos: para morir de hambre mejor morir luchando” se filmará y el mundo entero podrá disfrutarla porque esa es la decisión y el sueño de la UOCE y de AllpacheCine, pero actos racistas y discriminatorios como los de la UDLA no pueden quedar en la impunidad ni refugiarse en el anonimato. La Senescyt, el Consejo de Evaluación y Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior y la Corporación de Desarrollo Afroecuatoriano deberán tomar cartas en el asunto, pues estos actos atentan contra los derechos de los pueblos Afroecuatorianos y montubios estipulados en la Constitución y en Declaraciones internacionales; de lo contrario serán cómplices de hechos que merecen absoluto rechazo social y político.
Después tantas luchas y con todo el mejoramiento en las instituciones públicas para la inclusión y la abolición del racismo, parece que para la UDLA en Ecuador, los afrocampesinos de Esmeraldas son inhumanos y antihigiénicos que no cumplen con los estándares de calidad para ser comunidades donde cualquier ecuatoriano pueda sentirse bien.
Gonzalo Guzmán – presidente de UOCE
Kvrvf Nawel – director AllpacheCine