jueves, marzo 28, 2024

Campo Maripe, el resurgir mapuche en medio del avance petrolero

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Lonko Albino Campo

Hace dos años la comunidad Campo Maripe se hizo públicamente conocida tras la  toma de dos torres petroleras el día en que las empresas YPF y Chevron celebraron un acuerdo para desarrollar una plan piloto de extracción al interior de su territorio. Negando derechos e invisibilizando a la comunidad, los estados nacional y provincial avanzaron sobre el Lof que reaccionó tomando pozos, cerrando tranqueras y cortando caminos. Esta es una parte de la historia de su conflicto, contada por la Werken y el Lonko de la comunidad.

Felipe Gutiérrez y Sergio Millaman / Colectivo Editorial Mapuexpress[1]

Para ojos del visitante, la geografía del País de las Manzanas es completamente novedosa. Los pequeños arbustos no alcanzan a tapar el café casi rojizo del suelo y los cerros esculpidos por siglos del kuruf incesante, del viento patagónico, se levantan imponentes. La monotonía del polvo es rota por los ríos Neuquén y Limay, que en su camino van transformando la tierra en el fértil valle que hace característica a la zona. Toda esa geografía aparece sintetizada en la zona de Añelo, cien kilómetros al norte de la confluencia de ambos ríos. A un lado de la Ruta 7 se ubica la meseta patagónica que del otro lado se encuentra con el valle del río que le da el nombre a la provincia. Del mismo lado se encuentran casi una decena de comunidades mapuche que se reúnen en la Zonal Xawunko de la Confederación Mapuche.

Una de ellas es la comunidad Campo Maripe, que reconoce su territorio ancestral a ambos lados de la ruta: habitando y cultivando el Valle y pastoreando en la meseta. El Lof nace de siete hermanos, hijos de don Belisario Campo. Presentes desde que comenzó a poblarse la zona, la familia mapuche decidió reconocerse como una comunidad, levantando el reclamo por su territorio ancestral. La fuerte demanda del Lof, acompañado por otras comunidades y organizaciones, permitió que en octubre de 2014 la Provincia de Neuquén les diera reconocimiento legal, hecho sin precedentes desde finales de la década de 1990. El reconocimiento, sin embargo, surge en medio de una fuerte disputa entre el gobierno provincial, el Lof y las empresas presentes en su territorio.

La razón es que en el subsuelo de la comunidad se encuentra la cuenca neuquina con su formación Vaca Muerta que es, según estimaciones de la Agencia de Información de Energía de EEUU, el área de mayor potencial de hidrocarburos no convencionales fuera de ese país. Esto ha puesto los ojos de muchas de las principales empresas petroleras del mundo en el territorio del Lof Campo Maripe, y a sus integrantes en la obligación de defenderlo. Mientras recorremos las decenas de torres y cientos de containers con agua y químicos, dos de las hermanas Campo nos van contando su historia; “mucha gente del pueblo dice ´los indios nunca habían reclamado nada, ahora están por la plata´. Pero, claro, ¿para qué íbamos a reclamar? si acá teníamos a los animales libres, no teníamos ningún problema”.

 

Fracturando la mapu

Las altas estimaciones dadas por la agencia estadounidense abrieron el apetito tanto del gobierno provincial como el nacional y las distintas empresas del sector. Al ser Vaca Muerta una formación de una roca fina y poco permeable llamada lutitas, para su extracción se requiere una técnica experimental que se conoce como fractura hidráulica o fracking. Esta consiste en una inyección, posterior a la perforación, de grandes cantidades de agua mezclada con arena y numerosos químicos tóxicos, que permite el flujo del crudo. Dicha técnica es cuestionada en todo el mundo y ha sido prohibida en países como Francia y Bulgaria, y en numerosos estados a lo largo del planeta, debido a los posibles riesgos que puede generar como la contaminación de acuíferos, la migración de tóxicos a la superficie, las altas cantidades de agua utilizadas en el proceso, y la posibilidad de aumento de la actividad sísmica, entre otros.

La utilización de esta costosa técnica ha sido fuertemente promovida por Estados Unidos y amenaza con masificarse a nivel mundial, producto del agotamiento de los yacimientos denominados convencionales, situación que también sucede en Argentina. Ante esto, el anunciado fin de la era petrolera se resiste a ocurrir y quiere ser alargado por un fuerte lobby de la industria, que ha instalado la idea de avanzar sobre nuevas fronteras, como reservas naturales en el Ártico y Alaska, y la extracción de energías extremas como los no convencionales. Este avance corporativo ha repercutido en numerosos países, incluso en Chile, que a pesar de ser un productor marginal de gas y petróleo, ha comenzado a fracturar pozos en la Isla de Tierra del Fuego. A otra escala, en Argentina ya se habla de boom de los no convencionales.

Urgido por el enorme costo que significa la importación de gas, el gobierno nacional luego de tomar el control de YPF en 2012, con la expropiación del 51% de las acciones que poseía la española Repsol, se lanzó de lleno en buscar socios para explotar Vaca Muerta. En ese marco, a finales de 2012 se anunció un pre acuerdo entre Chevron e YPF, para invertir en la zona. A través de la alianza con la segunda mayor petrolera norteamericana, la nueva dirección de YPF intentaba mostrar que contaba con socios de peso para explotar Vaca Muerta (El País, 14/09/2012). Las intenciones de la petrolera norteamericana, por su parte, son menos claras. Si bien tenía ante sí la posibilidad de  hacer un negocio con buenas proyecciones en condiciones muy favorables, como finalmente ocurrió, la jugada de Chevron puede ir más allá de ser la continuación de la política de estado norteamericana de avanzar con el fracking y su paquete tecnológico.

Un mes antes del anuncio del Memorando de Entendimiento entre ambas empresas, un juez civil de la ciudad de Buenos Aires había embargado el flujo de caja de Chevron Argentina, acogiendo una rogatoria internacional emanada desde tribunales ecuatorianos. Tras la fusión en 2001 de las petroleras Chevron y Texaco, estas son responsables legales del que ha sido denominado el mayor desastre petrolero de la historia: durante su operación entre 1964 y 1990 la Texaco afectó más de 450 mil hectáreas en la Amazonía ecuatoriana, afectando de manera directa a más de 30.000 personas. Tras dos décadas de litigio, la Corte Provincial de Nueva Loja –ratificada luego en todas las instancias judiciales de ese país- condenó a Chevron al pago de cerca de US$ 9.500 millones, la mayor condena ambiental de la historia. Sin embargo, Chevron se reusó a pagar la condena, retirando sus activos de Ecuador y transformándose en prófugo de la justicia de ese país, por lo que los indígenas y campesinos afectados, junto con sus representantes, iniciaron acciones legales en países donde Chevron sí operaba.

Tras ser ratificado el embargo a Chevron Argentina en la Cámara de Apelaciones, este llegó a la Corte Suprema, que el 4 junio de 2013 lo dejó sin efecto, acogiendo un dictamen de la procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, quien consideraba el embargo constituía un riesgo para “la política energética y el desarrollo económico del país, así como con las finanzas públicas” (Página/12, 28/05/2013). Tras el voto político de la Corte Suprema, el 11 de julio el ejecutivo promulgó el decreto 929, que incluía los requisitos exigidos por Chevron para llevar adelante la sociedad.

 

«Mientras el acuerdo con Chevron dejaba de rodillas a los tres poderes del Estado, su cara

menos amable, la policía, reprimía a los miles de manifestantes que reclamaban en su contra»

 

Debido a que en Argentina el manejo de los recursos naturales es de las provincias, el acuerdo entre YPF y Chevron debió ser votado en la legislatura neuquina. Sin embargo los alcances del acuerdo nunca fueron hechos públicos, bajo el argumento de que YPF es una Sociedad Anónima, a pesar de estar controlada mayoritariamente por el Estado. Mientras los legisladores neuquinos votaban a ojos cerrados la aprobación del acuerdo, afuera del recinto las más de 7 mil personas que protestaban en contra de la votación eran reprimidas en una verdadera batalla que duró toda la mañana y dejó a un docente herido por una bala de plomo.

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Represión en la Legislatura Neuquina / Negro Ramírez

Antes siquiera de fracturar la mapu, el acuerdo entre estas petroleras había arrasado con todo a su paso, tanto de manera física, avanzando sobre el Lof Campo Maripe, como de manera simbólica. Para llegar al acuerdo el Poder Judicial tuvo que desestimar un embargo por solicitud del Ejecutivo. Éste, debió decretar legislación ad hoc para que Chevron se sumara al convenio, el que finalmente fue aprobado por el Legislativo neuquino. Mientras el acuerdo con Chevron dejaba de rodillas a los tres poderes del Estado, su cara menos amable, la policía, reprimía a los miles de manifestantes que reclamaban en su contra. Así ingresaron YPF y Chevron al territorio comunitario para explotar la formación Vaca Muerta, que se transforma en un ícono del impacto del extractivismo en el Wallmapu.

 

“Donde hay un pozo hay un derrame”

“Comenzaron a trabajar de la noche a la mañana en nuestro territorio”, cuenta la Werken de la Comunidad, Natalia Izaza; “antes de que se firmara el acuerdo, instalaron dos torres en la zona de la meseta y ahí empezó nuestra lucha. Ahora YPF quiso sentarse a dialogar, pero en ese momento no hubo consulta previa para instalar las torres, fue llegar e instalarse como en tierra de nadie”. Esas dos torres fueron tomadas por la comunidad, en conjunto con la Confederación Mapuche y otras organizaciones aliadas, el 16 de julio de 2013, el día en que se firmó el acuerdo entre YPF y Chevron. La decisión de impedir el ingreso de la petrolera norteamericana a territorio comunitario había sido tomada un mes antes, durante el Wiñoy Tripantu, como una determinación conjunta de la Zonal Xawvnko, y tras la visita de una delegación de hermanos ecuatorianos afectados por Chevron.

El territorio delimitado por el acuerdo se ubica en la meseta, tradicional zona de pastoreo del Lof. “Nuestra reivindicación es por 12 mil hectáreas”, cuenta el Lonko Albino Campo; “el gobierno quiso decir que en la zona del acuerdo nunca hubieron puestos, pero nosotros teníamos allá nuestras rukas y animales, nosotros tenemos pruebas, fotos de eso pero ellos siguen diciendo que esa zona era de la provincia, que no había nada y nunca hubo nada”. Toda esta información quedó documentada en un informe histórico-antropológico desarrollado en el marco de una mesa de diálogo con YPF y el gobierno provincial. Este confirma la ocupación “tradicional y pública” de su territorio, hoy denominado Loma Campana.

 

«Un reciente informe histórico antropológico confirma la ocupación tradicional del Lof»

 

Ante la falta de diálogo y la ausencia de un proceso de consulta, la comunidad comenzó a emplear acciones de fuerza para buscar mejorar su situación. Tras la toma de las primeras torres, en los meses siguientes se inició una estrategia conjunta con otras comunidades de Xawvnko, que incluyó cortes de ruta, movilizaciones y tomas de tranqueras. El Lonko Albino Campo, cuenta que tras la firma del acuerdo “nos juntamos con la zonal y debatimos las acciones que tomaríamos en conjunto. Si es de tomarse una torre, si es de marchar, o sea, siempre tratamos de buscar una estrategia, que no nos perjudique, a la hora de negociar con la Provincia. Una vez alambramos una zona en la meseta, para evitar que perforaran, y justo la comunidad Kaxipayiñ estaba en su lucha, así que fuimos a apoyar, y cuando volvimos, nos estaban sacando el alambrado. Entonces no sabés cómo actuar al respecto, porque lo volvés a colocar o lo volvés a poner y lo vuelven a sacar. Y si hacemos una acción allí arriba [en la meseta], después los malos somos nosotros, pero lo que queremos es cuidar el territorio”.

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Toma de un camino interno del Lof para impedir la actividad petrolera / Negro Ramírez

El conflicto es cada vez más grande, debido a que mes a mes aumenta la ocupación territorial con la construcción de nuevos pozos. Si bien en grandes números la enorme formación Vaca Muerta aún no termina de ser un espejismo y está seriamente amenazada por la baja mundial de los precios del petróleo, en la zona de Añelo con la puesta en marcha del acuerdo YPF-Chevron se vivió un verdadero boom petrolero. Según relata la Werkén Izaza, antes de 2013 se hacía un pozo cada tres meses y a un año de la firma del acuerdo ya existían más de 120 locaciones. La urgencia por aumentar los niveles de extracción ha significado un aumento de los accidentes, que cada cierto tiempo llenan las páginas de los diarios y vuelven a poner en la discusión pública el riesgo de los impactos de la industria no convencional. El Lonko lo sintetiza en una frase: “donde hay un pozo hay un derrame. Acá pasa lo mismo que pasó en Loma La Lata, en la comunidad Kaipayiñ. Lo sé no porque me lo contaron, sino porque yo trabaje ahí haciendo cañerías. Uno escarbaba 80 cm. y no llegaba al agua, era gasolina que brotaba. Acá pasa lo mismo, lo que cae de arriba se filtra y llega al río. De ser tierra de producción, después no va a servir nada. Acá la gente se volvió loca por los trabajos, pero así como van, en 5 o 6 años no van a estar más. Y lo que van a dejar es contaminación, muerte y nada más, se van a volver a sus territorios y los que quedamos somos nosotros, la gente que vive en Añelo queda, pero no quieren despertar. Ellos el día de mañana van a sufrir tanto como las comunidades, toda la gente de la capital de Neuquén están viendo lo que está pasando, que es lo que van a sufrir más adelante”.

 

El progreso es un discurso y la salud, un tráiler

La oposición a la actividad de YPF-Chevron, le ha valido numerosos conflictos a la comunidad con la gente de Añelo. Muchos vecinos defienden la actividad petrolera por la creación de puestos de trabajo y los anuncios de inversión en la ciudad y desconocen la condición de Lof de los Campo Maripe. “Gente que ni nos conoce, dice que los indios andan peleando por la plata”, cuenta el Lonko; “uno le quiere dar una información a la sociedad, avisarle que esto va a terminar mal, el día de mañana que se vengan acordar, va a ser tarde.

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Vista aérea de Loma Campana, territorio histórico del Lof Campo Maripe /Martín Barzilai

Así como van avanzando, Añelo no va a tener más de 5 o 6 años de producción, de trabajo. Después va a ser como un pueblo fantasma, como Catriel, como todos los pueblos petroleros. Y si no tenés alguna agricultura, o un lote de animales ¿de qué vivís? Yo quiero ver [si a los vecinos] les va a servir la plata cuando YPF se vaya y quede toda la contaminación al pueblo, a ver si le va a servir la plata a ellos, allí van a decir si el mapuche realmente tenía razón o no lo que estaba peleando”.

Tras la firma del acuerdo entre YPF y Chevron, se anunció una inversión de $1.000 millones de pesos (US$185 millones en esa fecha) en la Provincia, el 33% de los cuales irían a Añelo, lo que representa 12 veces el presupuesto anual de la localidad. Estos se utilizarían para la construcción de un hospital, escuelas técnicas y una planta de líquidos cloacales para la meseta, entre otras obras (Gobierno de la Provincia de Neuquén, 6/6/2014)[2]. El pretendido progreso petrolero aún no supera la barrera de los anuncios, y sus avances reales se reducen a la construcción de infraestructura vial para facilitar la inversión petrolera. “Te dan risa esos anuncios, se burlan de la gente y juegan con la necesidad de uno colocando cinco tráiler, como si con eso a la gente le solucionaran un problema”, señala la Werken Natalia Izaza, refiriéndose a la instalación de un hospital “de campaña” construido en base a trailers. “Te da risa porque sabes que se van a ir”, complementa el Lonko; “traen esos trailer, el día de mañana se van, y el hospital ya nunca más lo van hacer. Se llevan los mil millones, es una estrategia que hicieron ellos. Y Añelo toda la vida fue petrolera, y vos fijate, yo he recorrido pueblos chiquitos, más chicos que Añelo, para el lado de la cordillera y tienen un hospital, tienen dos hospitales, el viejo y el nuevo. Acá lo que tenés es una salita en la que tenés que andar de costado para poder pasar”.

 

«Nuestra idea es que se vayan, si nosotros de alguna forma vamos a vivir y sabés los marichiwew

que vamos a hacer allá arriba cuando se vayan todas las torres esas”, dice el Lonko.

 

Mientras en la bolsa de Nueva York y Buenos Aires, las acciones de YPF se transan en función de la vida que le puedan dar a la Vaca que por ahora sigue Muerta, todos los meses los Campo Maripe vuelven a ser noticia ya sea por la denuncia de derrames o incendios, como por las nuevas movilizaciones que realizan para conseguir el reconocimiento de sus territorios y una mejora en su situación. Debajo de los anuncios del progreso, los derechos de la comunidad siguen siendo atropellados y sus integrantes, reprimidos. Añelo, por su parte, continúa siendo un pueblo con veinte cuadras pavimentadas y una municipalidad que literalmente se cae a pedazos. Pero la invasión petrolera ya llegó en todo Añelo y se hace cada vez más presente al interior de la comunidad Campo Maripe. “A nosotros nos han preguntado, ´¿qué pasaría si el gobierno se sentara con nosotros  y nos dijera: bueno que querés, quieren la plata o que es lo que querés hacer?´, nosotros le diríamos que saquen todas sus torres y se vayan. Plata no queremos, pero que se vayan”, dice el Lonko Albino Campo; “si vos sabes que te están rompiendo el territorio, no tenés por qué pedirles plata. Esa es la idea de nuestro Lof, que no dejen ni una torre y que no sigan laburando, si quieren seguir afanando, que vayan a afanar a otro lado. Porque nosotros nunca tuvimos plata, y cuando tuvimos siempre la ganamos laburando. Ni el gobierno ni el intendente de acá pueden decir que los Campo Maripe pidieron una caja de pan en la municipalidad. Por eso somos orgullos de decir que lo que tenemos lo hicimos laburando, nadie nos regaló nada. Así es la idea, que se vayan, si nosotros de alguna forma vamos a vivir, siempre vivimos, nacimos acá, sin gas, sin nada, criando animales, nunca nos hemos muerto de hambre. Así que si se van no nos vamos a morir de hambre, algo vamos hacer y sabés los marichiwew que vamos a hacer allá arriba cuando se vayan todas las torres esas”.

 

**El presente  artículo es parte del Libro “Resistencias Mapuche al Extractivismo” del Colectivo Mapuexpress. Esta publicación es apoyada con recursos de la Fundación Rosa Luxemburgo con fondos del BMZ

 

Fuentes Citadas

El País (Fernando Peregil) 14/09/2012 “ YPF anuncia un preacuerdo de inversión con la estadounidense Chevron”

Página/12 28/05/2013 “Un dictamen a favor de Chevron”

Gobierno de la Provincia de Neuquén 6/6/2014 “Anuncian inversiones por 372 millones de pesos en Añelo”

Villareal, Jorgelina y Meza, Luisa (2015). Relevamiento Territorial Lof Campo Maripe, Pueblo Mapuce, Provincia de Neuquén: Informe Histórico Antropológico

[1]   Aunque no sean explícitamente citados, el presente artículo está construido a partir de las lecturas, mates y aprendizajes que los autores han recibido por parte de organizaciones como la Multisectorial contra la Hidrofractura de Neuquén, los integrantes de las comunidades Newen Mapu, Gelay Ko, Winkul Newen, Wentru Trawun Leufu y sobre todo, del Observatorio Petrolero Sur. Estas líneas pueden ser publicadas porque ellos ya han escrito muchas.

[2]Dicha inversión será financiada por distintos actores públicos y privados: Fundación Ypf, el BID, Banco Mundial y El Gobierno Nacional a través del Plan Mas Cerca, más municipio, mas patria, el Prosap y la Ley 2820 TICAFO. Al respecto ver Añelo, ¿ciudad emergente y sostenible?

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