Por Equipo El Indagador

Hace diez meses, a fines de julio de 2017, un reportaje emitido en la edición central del noticiero de Chilevisiónactivó las alarmas respecto a la extracción ilegal de arena que en forma impune se realizaba desde larga data en la comuna de El Tabo, más específicamente en la localidad de Las Cruces. Las cámaras de televisión exhibieron a todo el país las huellas de las maniobras de los camiones que día tras día circulaban con toneladas de material obtenido fuera de toda legalidad, poniendo en serio peligro el rico patrimonio natural del lugar. Con la ayuda de un dron, se logró captar la magnitud del socavón provocado por el constante trajín de las máquinas en una zona dunar de gran valor ecológico, conocida como “Gota de Leche”, y postulada hoy a Santuario de la Naturaleza.

Con particular prontitud, las autoridades locales procedieron a clausurar el informal recinto de extracción. El municipio de El Tabo emitió un comunicado donde reconocía que las labores extractivas se realizaban efectivamente sin los permisos correspondientes, y enfatizando, a su vez, en el celo con el que se había actuado a la hora de fiscalizar respecto a este tema, habiendo en el pasado multado reiteradas veces a los responsables del ilícito.

Lo que la nota de Chilevisión inexplicablemente omitió fue que aquel punto de extracción ilegal estaba muy lejos de ser el más importante del sector, y que menos de dos kilómetros más al norte existía otro considerablemente más relevante, cerca de treinta veces superior en superficie, y que tras la batahola generada por el reportaje televisivo, siguió operando en total impunidad.

Se trata de las faenas desarrolladas en el fundo Santa Margarita (Establecimientos Aquelarre), las cuales, en orden a la envergadura de los volúmenes extraídos, vulnera al menos dos instancias legales: opera sin patente comercial y sin haberse sometido al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA). En noviembre de 2017, Emilio Jorquera, alcalde de El Tabo, emitió un oficio donde señala que las actividades de extracción y venta de áridos en ese predio no cuentan con permisos municipales (ver imagen abajo). Por otra parte, la normativa ambiental vigente obliga a toda explotación industrial de áridos a someterse al SEIA (para toda la labor que se desarrolle en un área igual o superior a 5 hectáreas; en Sta Margarita, el área estimada es de 30).

El mismo Jorquera había firmado un decreto de clausura definitiva contra las actividades de extracción clandestina que se realizaban en un terreno apenas superior a una hectárea, ¿por qué no lo hizo, aprovechando su impulso fiscalizador, contra las que se realizaban en un área ostensiblemente mayor?

Eso respecto a las competencias directamente ligadas a la autoridad municipal. Respecto a la normativa ambiental, el persistencia del flagrante ilícito -la montaña de arena pasa difícilmente desapercibida por cualquier peatón o automovilista que circule por la ruta que conecta El Tabo con Las Cruces- resulta tanto o más llamativa. ¿Qué pasa con una actividad millonaria que se desarrolla durante años fuera de la ley bajo la mirada de toda una comunidad? El alcalde comunal reconoce que no existen los permisos correspondientes pero no atina a actuar. ¿Por qué?

Revisando la documentación oficial, nos encontramos con más de una sorpresa. La primera, que Jorquera recién en abril de este año firmó efectivamente un decreto respecto al fundo Santa Margarita, pero no para clausurarlo, sino para otorgarle patente comercial. En julio de 2017, Jorquera clausura y multa las faenas de extracción de arena que se realizan en un área de alrededor de una hectárea por no contar con patentes comerciales; en noviembre de ese mismo año, reconoce que las faenas que se realizan en un área ostensiblemente mayor también se desarrollan sin las patentes correspondientes, pero no actúa en consecuencia, y cinco meses después, por el contrario, actúa pero no para clausurar ni multar sino para otorgar los permisos para que las labores continúen. ¿Por qué?

Las sorpresas se van sumando. En su declaración de patrimonio, Emilio Jorquera Romero figura con participación comercial en dos sociedades: Sociedad Comercial Jorquemat y CIA Ltda, una, y Sociedad de Inversiones Jorquemat Ltda, otra, con un 50% y un 25% de participación respectivamente. En el dilatado giro comercial de la primera, en la escritura de constitución de la sociedad (del 14 de junio de 2010), figura algo que nos alerta: “compra y venta de áridos”.

Queda claro que el actual alcalde de El Tabo tiene participación activa en el negocio de los áridos, pero ¿en qué sector específico desarrolla su actividad comercial? Algunas pistas que nos encaminan hacia la respuesta:

-La web arenasilice.cl anuncia la venta de arena de cuarzo del “mayor yacimiento del litoral central”. Sin indicar con exactitud dónde se ubica este, sí menciona como dirección comercial un punto indeterminado entre “Las Cruces y El Tabo”. Al revisar a nombre de quién está inscrito el dominio de la página, nos enteramos que nada menos que de José Pablo Jorquera Romero, hermano del edil, y quien además figura en la constitución de Comercial Jorquemat como socio y representante legal de la empresa. Se indica además en la página web, junto a una dirección de correo electrónico, un número de teléfono celular…

-El nombre de José Pablo Jorquera Romero lo volvemos a encontrar. Esta vez en una resolución de la Dirección de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas fechada el 17 de enero de este año. En esta se autoriza a Jorquera Romero a ejecutar un camino de acceso a… Establecimientos de Turismo Aquelarre Ltda.

Por último, la evidencia que despeja toda conjetura: una factura emitida por Comercial Jorquemat Co. Ltda en febrero de 2016 donde se señala como domicilio Fundo Santa Margarita s/n, sector Aquelarre. El número de teléfono celular que se incluye es el mismo que figura en arenasilice.cl…

¿Por qué conviene alertar respecto a las ilegales maniobras extractivas en el Fundo Santa Margarita de El Tabo?

“Porque estas han provocado múltiples y graves alternaciones ambientales“, sostiene Bastián Brito, ingeniero en Medio Ambiente y Recursos Naturales de la U. Viña del Mar. “Por un lado, han alterado la estructura de la duna, perdiendo funciones esenciales para la contención de eventuales fenómenos naturales como tsunamis, marejadas o por el evidente avance del mar y la consiguiente pérdida de superficies de playa, tal como se ha suscitado en algunos puntos del Litoral Central. Además, un curso de agua natural se ha visto afectado por las labores de extracción de áridos, alterando la existencia de anfibios como el sapo popeye (Alsodes nodosus) y la rana chilena (Callyptocephallella gayi), ambas protegidas por las leyes chilenas por sus precarios estados de conservación. Zonas de nidificación de aves costeras se han visto perjudicadas, y una formación vegetal de bosque relicto (remanente de la vegetación que en épocas pretéritas existió en la zona), de gran valor, está siendo destruida.”

Pero lo más grave, que a juicio de Brito debería ser razón suficiente para activar todas las alarmas medioambientales, se concentra en la amenaza que se cierne sobre una especie vegetal muy particular, la Astragalus trifoliatus, conocida como “la hierba de Las Cruces”, llamada así porque crece solo en esta localidad del litoral central, más precisamente en las dunas del sector “Gota de Leche”. Solo ahí. En ninguna otra parte del mundo.

“Existió una pequeña población en el Santuario Laguna El Peral, pero se extinguió. Hace algún tiempo, la buscamos sin éxito. Esto vuelve a la población de Astragalus trifoliatus del sector Gota de Leche de un valor extremo. Y, posiblemente, muchos de los ejemplares que allí vivían ya fueron destruidos por los camiones areneros“, sostiene Carlos Medina, biólogo de la U. de Chile, profesional de vasta experiencia en el estudio del patrimonio natural de toda la provincia de San Antonio. “Es una especie crece en arena suelta, con una raíz larguísima que penetra hasta las capas profundas de la duna, donde la humedad se mantiene todo el año, por lo que su reproducción en vivero quedaría casi descartada”, concluye.

Con un tamaño no superior a los 20 centímetros, la bella “Hierba de Las Cruces” se resiste a la extinción ante los camiones de gran tonelaje que día a día irrumpen en su hábitat.

Considerando el dilatado lapso de tiempo durante el que se han prolongado las labores de extracción ilegal (desde 2010, aproximadamente), y en virtud a la superficie total donde se desarrollan estas (alrededor de 30 hectáreas), cálculos estimativos proyectan cifras de venta por varias decenas de millones de dólares. La envergadura de la demanda de arena a nivel mundial alcanza niveles insospechados: la arena es hoy el recurso más demandado después del agua, superando incluso a los combustibles fósiles. La sobreexplotación de los suministros empieza ya a generar una crisis ambiental de proporciones. Chile, ciertamente, no se mantiene al margen de este flagelo. Y en El Tabo se concentra un caso particularmente grave, dramático y vergonzoso.

Diferencias que saltan a la vista: superficie del área de extracción denunciada en julio 2017 por Chilevisión v/s superficie de Fundo Sta Margarita donde opera ilegalmente Jorquemat

Para ahondar en la crisis de la arena:

“El devastador negocio del tráfico de arena”. El País (España) 24 mayo 2018

“Arena, la próxima crisis que enfrentaría el mundo”. El Financiero (México) 14 octubre 2017