El Ekeko y la “Alasita”
El Ekeko, o Iqiqu en lengua Aymara, es un dios andino, representado por una pequeña estatua, resultado de la transformación sincrética del dios precolombino de la abundancia, la fertilidad y la alegría, en la civilización Tiwanaku.
Está relacionado además con el mito de Tunupa, presente en las obras de los jesuitas y agustinos de la primera época colonial, que a su vez recogieron estas versiones de fuentes orales indígenas.
El mito señala que “un hombre viejo, blanco y de ojos claros, vestido con una túnica, siguió una ruta de Norte a Sur, desde Cacha, al norte del lago Titicaca. Este personaje se detuvo en distintos sitos en los que realizó acciones maravillosas, al mismo tiempo que predicaba una nueva cultura y modo de vida”
Fue la interpretación de un simbolismo a través de un episodio de la historia de la ciudad de La Paz, la gran sublevación del año 1781; realizada por Tupac Katari y Bartolina Sisa, en la que “blancos e indios midieron su bravura”, como indica Antonio Díaz Villamil en el Libro «Leyendas de mi tierra» donde relata la fe de la pareja de novios aymaras Paulita Tintaya e Isidro Choquehuanca, quienes a pesar de las adversidades sociales y el tiempo de carestía que tuvieron que afrontar durante el Cerco a La Paz, lograron concretar su amor y pasaron ese tiempo de necesidad gracias a la furtiva complicidad de su amor y la esperanza depositada en un “Dios andino” el Iqiqu.
Este relato dio un énfasis a la difusión de una la tradición vivida de forma casi invisible entre los aymaras, compartida por ese episodio con los criollos y mestizos de la época y actualmente extendida en Perú, Argentina y el norte de Chile.
El pensamiento cosmogónico aymara señala, que si anhelamos lograr algún bien material o nos esforzamos en la vida por algún logro, debemos tener una Illa (un amuleto con espíritu) en miniatura para alcanzar uno real, por eso se considera la feria de la Alasita (cómprame) en honor al Ekeko, como” la feria de la ilusión”.
Por esta motivación y tradición cultural que pervive en la cultura aymara, TINKU (Taller de investigación y Konvergencia Cultural) desarrolla esta actividad de la mano con el Centro Multicultural Epicentro , en la que participan residentes locales, migrantes aymaras de Bolivia y Perú.