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  • El origen del machismo en la sociedad mapuche*

    El origen del machismo en la sociedad mapuche*

    El movimiento social mapuche no ha abandonado la reivindicación de los derechos de la mujer. Sin embargo la confluencia de opiniones muestra que no existe un consenso a la hora de considerar la temática del machismo.

    Por su parte, el autor sostiene “la lucha de la mujer mapuche frente al machismo constituye un eje central en la reconstrucción social mapuche, sin esto no será posible la recuperación de aspectos culturales constitutivos”.

    FUENTE: Mapuexpress

    Por Ronny Leiva Salamanca.-

    Wallmapu, 05 de Marzo de 2020 – Desde siempre, en la sociedad mapuche la mujer ha tenido un rol complementario al del hombre, esto es lo que se señala desde las organizaciones mapuche y así lo entienden, además, las mujeres del movimiento de los derechos mapuche – o, al menos, así quisieran que fuera.

    En el imaginario sociocultural reivindicativo mapuche está presente la idea de la complementariedad, sin que se presente un desarrollo completo de esta idea.

    Sin embargo, la sociedad occidental siembra la duda respecto a este ideal social mapuche y muchas veces le señala como machista. Desde fuentes académicas, fundamentalmente antropológicas, se sostiene que la mujer en la sociedad mapuche ancestral fue utilizada como objeto de prestigio y poder, y se encontraba en una situación de dominación [1]. La antropóloga Sonia Montecino también contribuye a esta idea: “regaladas como esposas, compradas como esclavas, presas de guerra, principal botín de las incursiones bélicas. […] Eso es común tanto al universo mapuche como al europeo” [2].

    No obstante, Sonia Montecino matiza su postura y reconoce un proceso de cambio en las relaciones de género con posterioridad a la “Pacificación de La Araucanía”, ocupación llevada adelante por el Estado chileno en la década de 1880 [3]. Señala que las mujeres asumen el rol de “socializadoras de su cultura”, “irán a los mercados locales a vender sus productos [y] curarán a su familia con las medicinas tradicionales”. Por su parte, los hombres, “acosados por las relaciones con el blanco”, ya no manifestarán externamente su pertenencia cultural, “pero se congregarán en las sociedades políticas para luchar por sus derechos” [4].

    Más allá de estas discusiones está el movimiento social mapuche, que, como todo movimiento reivindicativo de derechos, y para dar cuenta de su amplio alcance, no ha abandonado la reivindicación de los derechos de la mujer. Esta confluencia de opiniones es la que nos lleva a considerar la temática del machismo como central.

    Al respecto se consultó a mujeres mapuche… Pilar Collipal Curaqueo, orientadora familiar del Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), señala que el machismo fue introducido en la sociedad mapuche al penetrar la mirada occidental, y se manifiesta hoy de la misma manera, incluyéndose la violencia de género y la desvalorización de la mujer. Minerva Castañeda Meliñan, encargada del Centro de Documentación de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), señala que tanto hombres como mujeres podían ejercer “cargos públicos”, como machi, werken y longko, aportando así con una perspectiva no sexista de la sociedad mapuche tradicional [5].

    Estas opiniones asumen una imposición de las relaciones asimétricas de género, las que no habrían existido antes en la cultura mapuche, al menos en intensidad o cualidad tal como para ser vivenciada como una situación de dominación. Siendo esta asimetría, actualmente, percibida por las mujeres mapuche como resultado del proceso de cambio que trajo la situación de colonización, iniciada con la ocupación territorial por parte del Estado chileno. Esto sugiere que “las mujeres mapuche viven el machismo y la violencia [de genero] de una manera propia, como una influencia exterior” [6], esto es, proveniente de la relación con el “otro” occidental.

    El arqueólogo Ricardo Latcham sostiene algo contrario a lo señalado por otros estudios: antes de la llegada de los españoles, los mapuche se organizaban en un sistema totémico matrilineal donde cada individuo tenía un nombre que correspondía a su küga (ó tótem), heredado de su madre. Es decir, en las relaciones de parentesco habría sido la mujer la que establecía su herencia en la trasmisión cultural. Así, la presencia española habría promovido el fortalecimiento de la dominación masculina en la sociedad mapuche [7].

    Existen además algunos aspectos conflictivos en las relaciones de género al interior de la sociedad mapuche actual:

    i) la existencia de la violencia intrafamiliar en las comunidades mapuche,

    ii) la dificultad que tienen las mujeres mapuche para hacer públicas estas situaciones que afectan sus derechos, y

    iii) una cierta desconfianza hacia en la conformación de organizaciones de mujeres mapuches, motivada por la dificultad de articular en la práctica el enfoque de enfoque de género y las reivindicaciones como pueblo.

     

     

    Machismo mapuche: Una pregunta Sin Responder

    Todas estas versiones aparecen como enfrentadas o hasta inverosímiles, y no terminan de resolver la pregunta sobre el origen del machismo en la sociedad mapuche.

    Observamos que, por una parte, existe una “visión romántica” que quiere reclamar una vernácula forma de equilibrio intergénero en la antigua sociedad mapuche. Pero en toda sociedad existen conflictos e inequidades de género o de otra índole, y precisamente para su regulación se crean las instituciones.

    Por otra parte, existe evidencia que revela que la influencia occidental sobre la cultura mapuche tiene su peso sobre la construcción de los roles y relaciones de género.

    Es además necesario considerar que la sociedad mapuche actual se encuentra colonizada por el Estado chileno y, por ende, sus instituciones en muchos casos no presentan una cristalización suficiente para fungir como mecanismos de regulación social, hallándose en una condición parcial de integridad y funcionalidad.

    Así, desde un nivel metodológico no es posible sino reconocer una manifestación, también parcial, de la sociedad tradicional en cuanto a sus principios, valores y organizaciones sociopolíticas, de socialización y otras.

    Coincidimos entonces con la respuesta de Mattus (2009 [8]) a esta cuestión: la sociedad mapuche, independientemente de la forma que tuvieran las relaciones de género con anterioridad a la colonización, producto de ésta misma situación de colonización se ha visto influenciada por los aspectos más negativos del machismo histórico occidental.

    Esta pregunta sin resolver o responder, ha sido también una fórmula utilizada para sugerir una suerte de inferioridad de la sociedad mapuche. La atribución de un “machismo tradicional” suele ser utilizada como una afirmación o pregunta capciosa para cuestionar los actuales procesos de reconstrucción social mapuche, en tanto se presume que en ésta la participación de las mujeres se encontraría postergada y sometida a una posición de inferioridad.

    De este modo, la lucha de la mujer mapuche frente a una triple discriminación- ser mujer, ser indígena y encontrarse empobrecida [9]-, constituye un eje central en el proceso de reconstrucción social mapuche. Sin esto, la recuperación de los aspectos culturales constitutivos de la sociedad mapuche sencillamente no será posible.

     

    Referencias

    [1] Zavala, José Manuel, Los mapuche del siglo XVIII: dinámica interétnica y estrategias de resistencia. Editorial Universidad Bolivariana, 2008, pág. 231.

    [2] Montecino, Sonia, “Palabra Dicha: escritos sobre Género, Identidades, Mestizajes”. Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Sociales. Colección de libros electrónicos. Serie Estudios. 1997, págs. 123-124.

    [3] “Pacificación” fue el nombre que le dio el Estado chileno a la guerra de ocupación que llevó adelante para anexar el territorio mapuche del Río Bío Bío al sur. La sociedad mapuche hasta entonces gozaba de libertad, soberanía e independencia, producto de su victoria en la guerra frente a la Corona Española y la firma de los tratados internacionales Parlamento de Quilin, 1641, y Negrete, en 1726, 1793 y 1803, y la mantención de esta situación geopolítica con la firma del Parlamento de Tapihue de 1825, firmado con la República chilena, vulnerado en 1883.

    [4] Montecino, en: Mattus, Charlotte, “Los derechos de las mujeres Mapuche en Chile, pilares invisibles de la resistencia de su pueblo”… pág. 20.

    [5] López, Sandra, “Violencia y mujeres mapuche”, Feminista tramando, febrero de 2012. Disponible en: <https://feministastramando.wordpress.com/2012/10/24/violencia-y-mujeres-mapuche/>, a octubre de 2015.

    [6] Mattus, Charlotte, “Los derechos de las mujeres Mapuche en Chile, pilares invisibles de la resistencia de su pueblo”…, pág. 20.

    [7] Zavala, José Manuel, Los mapuche del siglo XVIII: dinámica interétnica y estrategias de resistencia… págs. 76-77.

    [8] Mattus, Charlotte, “Los derechos de las mujeres Mapuche en Chile, pilares invisibles de la resistencia de su pueblo”, documento de trabajo. Instituto de Estudios Políticos de Grenoble, Universidad Pierre Mendès, Francia, 2009.

    [9] Collinao, Ángela, y Melillán, Carmen, “La participación organizacional de la mujer Mapuche en Santiago”. CEDESCO, 1999.

    * El contenido del presente ensayo es parte del Artículo Publicado en la Revista del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) Número 62 año 2016, titulado “Las mujeres en el proceso de reconstrucción de la sociedad mapuche”. En el link Destacan papel de la mujer en la sociedad mapuche https://www.servindi.org/actualidad-noticias/07/09/2016/destacan-papel-de-la-mujer-en-la-sociedad-mapuche

    Acceda al artículo completo en el siguiente enlace: Mujeres en la Sociedad Mapuche (PDF, 32 páginas)

    ** Sobre el autor. Meli Newen, Originario del Lofmapu Folilko, Territorio Wenteche de Ngulumapu. Es integrante del Colectivo Mapuexpress desde el año 2003. Psicólogo y Magíster en Sociología (UNMSM), Diplomado en Género, Derechos Humanos y Derechos de los Pueblos Indígenas. Se ha desempeñado como asesor de organizaciones indígenas en Perú y mapuche tradicionales. Ha integrado la Red de Acción por los Derechos Ambientales, la Red Interregional por la Justicia Ambiental y Social, y el Grupo de Trabajo Mapuche por los Derechos Colectivos. Trabaja como consultor independiente en materia de derechos indígenas.

  • ¡¡Aunque no lo notes, créeme que eso también es machismo!!

    ¡¡Aunque no lo notes, créeme que eso también es machismo!!

    Que no percibas las actitudes machistas no equivale a que no existan, ni mucho menos significa que los demás no se puedan sentir violentadxs con estas conductas. El cambio que podemos generar marcará la diferencia, y a la larga puede permitir una mejor convivencia entre todxs. Por último, te pregunto ¿Mantienes tu postura de continuar ignorando el machismo que te rodea?

    (más…)

  • Yafuluwaiñ inchiñ pu zomo gen: Convocatoria expresión mujeres mapuche frente a la violencia

    Yafuluwaiñ inchiñ pu zomo gen: Convocatoria expresión mujeres mapuche frente a la violencia

    Se extiende a continuación la siguiente invitación para este 15 de julio. Enviar trabajos a: kurranewen2017@gmail.com /  La información es proporcionada por la Kolectiva Yafvluawiñ inchiñ pu zomo gen y los detalles se indican a continuación:

    La Kolectiva Yafvluawiñ inchiñ pu zomo gen de mujeres mapuche invita a mujeres mapuche que quisieran compartir sus experiencias de vida respecto a los diferentes tipos de violencia que les ha tocado vivir de manera silenciada e invisible con el objetivo visibilizar nuestra realidad como Mujeres Mapuche en la actualidad y desde hace bastante tiempo.
    Las mujeres mapuche hemos sido doblemente avasalladas por el poder del patriarcado desde la sociedad occidental así como también de nuestro propio Pueblo-Nación Mapuche. El feminismo mapuche nace desde las voces y acciones de nuestras abuelas, las que no callaron, las que se devolvieron a su lof por maltrato y abusos de sus wenxu, las que opusieron resistencia. Estamos seguras de que ellas tendrían la misma o mayor convicción que nosotras en estos tiempo, sus relatos en cuanto a las injusticias y menoscabo que vivieron, fueron transmitidas de generación a generación a través de la oralidad, lamentablemente hoy en día nos siguen maltratando, tal vez de otras formas, pero en la actualidad seguimos siendo sujetas subalternas e invisibilizadas nuestras voces, habiendo dicho esto, queremos dejar en claro que no se pretende caer en la victimización sino todo lo contrario; Contribuir a fortalecer nuestros lazos y trenzarnos.
    Divisamos diferentes tipos de Violencia como fenómeno social y cultural que afecta directamente nuestra calidad de vida y nuestro Ixofil Mogen, la Violencia hacia las mujeres mapuche afecta profundamente a nuestro pueblo tal es el caso del femicidio de la papay Josefina Allilef Huenchumil quien fue calcinada por su pareja Mario Guido Domihual Cheuquian y un amigo de este en la comuna de Freire, en mayo de este año.
    Se hace urgente debatir, reflexionar y generar propuestas sobre estas realidades.
    La Violencia que ejercen los poderes del Estado cuando reprimen a mujeres y niño/as mapuche directa o indirectamente en nuestras comunidades ( militarización, represión) y en las ciudades, resulta preocupante que el 80% de los ususarios de la red de SENAME, son niños y niñas mapuche que se reprime y estigmatiza calificandoseles de ejercer terrorismo y delincuencia.
    Como mujeres mapuche hemos decidido hablar, reflexionar y denunciar sobre estas situaciones, las que durante años han sido invisibilizadas, estamos convencidas de que somos nosotras las mujeres mapuche como sujetas de Derecho quienes debemos hablar por nosotras mismas y erradicar la violencia de género que sufrimos al interior de nuestro propio pueblo. No puede existir un doble discurso político sin auto analizarnos como sociedad mapuche, porque sin el desarrollo de este ejercicio no tenemos proyección como pueblo. Debemos ejercer autonomía sobre nuestro propio cuerpo y nuestro Mapuche Rakizuam. Convivimos con experiencias y relatos que cargamos desde las vivencias de nuestras ancestras, bisabuelas, tías, nosotras mismas…. En nombre de la cultura, de la dualidad, de la complementariedad y la autonomía nos han hecho creer que es malo denunciar, que si lo divulgamos, estamos atentando contra nuestro propio pueblo, entonces nos preguntamos, ¿Cuantos siglos más debemos seguir esperando para hablar de esto? Acaso ¿no es suficiente la Violencia del Estado como para permitir violencia dentro de nosotros mismos? Por la restauración de nuestro feyentun como pueblo mapuche es que como kolectiva decidimos articularnos, defendernos, y por sobre todo revertir esta situación, las invitamos a esto, nos autovonvocamos a manifestarnos, para luego las interesadas elaborar propuestas de trabajo ya que debemos dejar de naturalizar palabras descalifcativos, situaciones que nos suceden en el cotidiano, para que nuestros hijos e hijas no lo sigan reproduciendo y con esto contribuir a una sociedad mapuche respetuosa de nuestra cosmovision, nuestra tierra y nuestros valores. Es por ello es que nos auto convocamos a manifestarnos desde nuestros diversos sentires y expresiones sobre dos grandes temáticas:
    1) Violencia de género desde la perspectiva de la mujer mapuche
    2) ¿Movimiento mapuche feminista?.
    Estas expresiones serán de formato libre (fotografía, pintura poesía, relatos entre otros) se deben enviar con plazo máximo hasta el 15 de Agosto Las manifestaciones seleccionadas se compilaran en un cuadernillo en formato digital de circulación libre y será lanzado en un xawun en el mes de septiembre (lugar, fecha por confirmar) . Las interesadas deben enviar sus trabajos al correo kurranewen2017@gmail.com Esperamos se animen a expresar para compartir en este nuevo ciclo.
    Pewaiñ kom pu lamgnen.

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  • A propósito del humor chileno y el lenguaje sexista – racista

    A propósito del humor chileno y el lenguaje sexista – racista

    Seguramente uno de los hechos que más se recordará en la versión del Festival de Viña del Mar 2016 será el humor, ya que una mayoría popular se sintió representado en los dichos de algunos artistas que pisaron el escenario y que con nuevo estilo transgresor, deslenguado y directo, hicieron identificarse a buena parte de la audiencia.

    Uno de ellos es el comediante Edo Caroe, quien alcanzó rápidamente la fama por su habilidad sociológica e irreverente de traspasar en sus chistes el descontento y profundo malestar de la ciudadanía hacia la institucionalidad y representaciones políticas del País en medio de olas de corrupciones, colusiones y decadencias humanas, principalmente marcado en el denominado “duopolio”, cuya debacle toca transversalmente a sectores conocidos tradicionalmente como derecha, centro e izquierda.

    Sin embargo la habilidad de Caroe cayó en algunas ocasiones en las tradicionales de tipo sexista y racista. Fue duro y crítico con figuras políticas chilenas, lo que fue aclamado, sin embargo tuvo que llegar hasta la ex dirigente estudiantil y actual diputada PC Camila Vallejo para que el chiste llegara a la cultura ordinaria fálica y machista. No se trata de una ideología, se trata del uso de la figura de una mujer para cosificar, más allá del color político y lo peor, es que el artista lejos de considerar las críticas, las tildó de “lloriconas”.

    Así, por más progre que se vistan algunas personalidades, se sigue guardando el añejo lenguaje sexista-machista y no tan solo eso, también se reproducen otras connotaciones “Soy de Temuco, no sé mucho de mi familia porque mi árbol genealógico también lo quemaron”, fue uno de los chistes de Caroe, reproduciendo la imagen que sectores conservadores del sur de Chile vienen haciendo a los estados que vive la Araucanía en llamas y que se atribuye constantemente al “terrorismo Mapuche”

    Pero más allá de la presentación de Caroe, es importante considerar la connotación racista en el lenguaje de medios informativos para clasificar este humor. “Después del humor negro de Viña, ¿qué viene ahora?”; “show lleno de contingencia y humor negro”; “El humor negro de Caroe”; “Con una rutina con altos y bajos, marcada por un humor negro y a ratos fuera de tono”, fueron algunas de los tratamientos de la noticia.

    Se tiene naturalizado en el lenguaje asociar el vocablo negro a situaciones trágicas, peligrosas, crueles, deplorables, nefastas, oscuras o no transparentes, perversas, diabólicas, ilegales., visiones que son herencia del racismo colonial occidental

    Los tiempos del racismo particularmente en países de corte occidental colonial, se ha naturalizado un lenguaje racista: –Semana negra; –Negros tiempos; –Caja negra (de los aviones que es de color naranja y se asocia a los accidientes); – -Trabajar como un negro (esclavo); –Tener un negro pasado; – Día negro; -Negros presagios; -Magia negra; –Mercado negro; -Trabajo negro; –El asunto se puso negro; –Estar negro; -La bestia negra; -Lista negra; – Septiembre negro; -La oveja negra de la familia; -Un pensamiento negro (fatalismo); – Humor negro , hace referencia a chistes malsanos y también a un estado de ánimo negativo.

    Por su parte, continuando con lo sexista, la profesora y académica española Azahar Pérez Belchí señala que “el lenguaje sexista se refiere a la discriminación de personas, que se manifiesta en el uso del lenguaje, de un sexo por considerarlo inferior a otro. Esto se da en dos sentidos: por un lado, en lo que concierne a la identidad sexual de quien habla y por otro en lo que se refiere al tratamiento discriminatorio que sufren las mujeres en el discurso ya sea por el término utilizado o por la manera de construir la frase.”

    El lenguaje sexista puede ir por hechos gramaticales de malformación de origen del castellano como es la supremacía del género masculino y exclusión de lo femenino. Ejemplo: los alumnos, los profesores, colegio de periodistas).

    También puede ir por semánticas despectivas. Ejemplo: Zorro es espedachín justiciero o animal – Zorra es puta / Perro es animal y mejor amigo del hombre – Perra es puta / Gallo es alguien valiente o animal – Gallina es cobarde.

    Incluso con mucha mayor violencia, llenos de prejuicios y cargas de menoscabo, como por ejemplo de tratar a la mujer como una pierna o un objeto fijo que debe estar en la casa, o llorar como mujer ante lo que no has podido defender como hombre.

    El lenguaje es elemental para cambiar formas de relación de opresión o competencias, y avanzar – evolucionar a maneras de comprensión e igualdad entre género, entre pueblos, entre sociedades y culturas, para que exista una vida más justa y respetuosa, clave frente a todos los males: El respeto.

    As / mapuexpress

  • Piropos, cumplidos o halagos, machismo invisible por donde se mire… (Por Carola Pinchulef Calfucura)

    Piropos, cumplidos o halagos, machismo invisible por donde se mire…

     

     

    Por Carola Pinchulef C.

    Públicado en el Periódico OPCIÓN

    Nº 302 Ecuador 01 al 15 de mayo 2015.

    Fuente: http://issuu.com/periodicopcion/docs/opcion_302_peque

     

     

    Por qué será que los llamados “piropos”, “cumplidos” o “halagos”, en la actualidad son considerados una molestia para un número considerable de mujeres, contrario a lo que muchxs pudieran pensar esta situación tiene una explicación, que va más allá de la idea de “no tener sentido del humor” o en el peor de los escenarios a que somos unas “histéricas exageradas”, como más de algunxs han argumentado en su momento. 

     

    Ahora le lanzo la pelota a usted, sí a usted, usted que está leyendo en estos momentos mi columna. Ha hecho el ejercicio de preguntarse ¿por qué a muchas mujeres nos causa incomodidad el ser piropeadas? Lo más seguro es que no se ha tomado el tiempo de cuestionárselo o tal vez no hasta un segundo atrás. Sí ya lo hizo, lx felicito. Aunque sus argumentos quizás disten mucho de los míos.

     

    Que los piropos son considerados una práctica cultural milenaria presente en muchas sociedades, lo acepto como verdad. El que a algunas mujeres les guste que las piropeen, aunque yo personalmente no esté de acuerdo con ellas, respeto su opinión. Sin embargo, lo que no estoy dispuesta a tolerar es el fin último del piropo, según “los expertos piropólogos”, quienes argumentan que es una manera “sana” de ensalzar y/o exagerar la belleza del sexo femenino a través del lenguaje verbal. Entiéndase por piropólogos a los hombres que gustan de lanzar frases verbales, sean estas ingeniosas, rebuscadas e incluso grotescas y con connotación sexual, a las mujeres en el espacio público sin solicitud previa o consentimiento por parte de ellas.

     

    Según la justificación anterior, se sugiere que las mujeres debemos asentir el que hombres desconocidos o incluso conocidos aunque no cercanos tengan la patudez (osadía), por decirlo de una forma suave, de hacer un comentario sobre nuestra persona ya sea para resaltar alguna característica física o hablar sobre nuestro vestuario sin habernos pedido nuestra opinión. Eso no es todo, a ello agréguele que no solo debemos tragarnos con humor dicha glosa, sino que también debemos hacerlas partes de nuestra cotidianeidad.

     

    En otras palabras, lo que nos están pidiendo estos “machos recios” o “galanes piroperos” es invisibilizar otra forma de violencia de género como resultan ser los piropos, también denominados micromachismos; formas de dominación y violencia masculina en pequeñas dosis hacia el sexo opuesto. Este tipo de machismo invisible ha sido naturalizado no solo por los hombres sino también por las propias mujeres. En el caso de las mujeres pro piropos, la explicación radica en que en ellas operan conductas sutiles de machismo; es decir, estas agresiones verbales o acoso callejero como se conoce hoy está normalizado y resultan imperceptibles por el común de la población femenina. 

     

    Volviendo a la pregunta expuesta al inicio de este artículo, sea sincerx y respóndase mentalmente. Usted ha dedicado unos minutos a reflexionar lo incómodo que es para una mujer no poder caminar por la calle tranquilamente, porque a un “machito o un grupo de machitos” en el momento menos pensado se le da la gana de hablar en voz alta y lanzarle un comentario de cualquier tipo.

    Permítame invitarlo a pasar al banquillo de los acusados, esto no quiere decir que sea considerado un “piropólogo» ni mucho menos que deba sentirse intimidado frente a mis consultas, son solo preguntas de rigor que tienen como fin una autoevaluación con relación a su comportamiento frente a los piropos. Por favor sea honestx en sus respuestas. ¿Usted ha sido piropeadx alguna vez? Sí la respuesta es sí, ¿cuál fue su reacción? Increpó a su agresor/a, lx ignoró o le sonrió. ¿Conoce a alguien cercano que ha experimentado un escenario de este tipo? Sí la respuesta fue afirmativa, ¿le preguntó cómo se sintió? o simplemente le causó gracia su comentario.

     

    Para concluir con la interpelación, ¿usted ha piropeado a un hombre o mujer en la calle? Sí su respuesta es no, se ganó más de un aplauso. Sí es positiva, estamos en problemas, más bien usted está en aprietos. En párrafos anteriores, argumento que los piropos al estar naturalizados se han convertido en una forma de violencia de género invisibilizada. La razón, es porque ellos se enmarcan en un tipo de agresión tan sutil que pasa desapercibida escondiéndose o bien disfrazándose de galantería del arte verbal. Sin embargo, sí “lxs piropólogos” se dieran el trabajo de pensar antes de actuar entenderían que su acto de “finura verbal” no solo violenta la dignidad de las mujeres sino que también el derecho al libre tránsito en el espacio público.-