viernes, octubre 4, 2024

El origen del machismo en la sociedad mapuche*

El movimiento social mapuche no ha abandonado la reivindicación de los derechos de la mujer. Sin embargo la confluencia de opiniones muestra que no existe un consenso a la hora de considerar la temática del machismo.

Por su parte, el autor sostiene “la lucha de la mujer mapuche frente al machismo constituye un eje central en la reconstrucción social mapuche, sin esto no será posible la recuperación de aspectos culturales constitutivos”.

FUENTE: Mapuexpress

Por Ronny Leiva Salamanca.-

Wallmapu, 05 de Marzo de 2020 – Desde siempre, en la sociedad mapuche la mujer ha tenido un rol complementario al del hombre, esto es lo que se señala desde las organizaciones mapuche y así lo entienden, además, las mujeres del movimiento de los derechos mapuche – o, al menos, así quisieran que fuera.

En el imaginario sociocultural reivindicativo mapuche está presente la idea de la complementariedad, sin que se presente un desarrollo completo de esta idea.

Sin embargo, la sociedad occidental siembra la duda respecto a este ideal social mapuche y muchas veces le señala como machista. Desde fuentes académicas, fundamentalmente antropológicas, se sostiene que la mujer en la sociedad mapuche ancestral fue utilizada como objeto de prestigio y poder, y se encontraba en una situación de dominación [1]. La antropóloga Sonia Montecino también contribuye a esta idea: “regaladas como esposas, compradas como esclavas, presas de guerra, principal botín de las incursiones bélicas. […] Eso es común tanto al universo mapuche como al europeo” [2].

No obstante, Sonia Montecino matiza su postura y reconoce un proceso de cambio en las relaciones de género con posterioridad a la “Pacificación de La Araucanía”, ocupación llevada adelante por el Estado chileno en la década de 1880 [3]. Señala que las mujeres asumen el rol de “socializadoras de su cultura”, “irán a los mercados locales a vender sus productos [y] curarán a su familia con las medicinas tradicionales”. Por su parte, los hombres, “acosados por las relaciones con el blanco”, ya no manifestarán externamente su pertenencia cultural, “pero se congregarán en las sociedades políticas para luchar por sus derechos” [4].

Más allá de estas discusiones está el movimiento social mapuche, que, como todo movimiento reivindicativo de derechos, y para dar cuenta de su amplio alcance, no ha abandonado la reivindicación de los derechos de la mujer. Esta confluencia de opiniones es la que nos lleva a considerar la temática del machismo como central.

Al respecto se consultó a mujeres mapuche… Pilar Collipal Curaqueo, orientadora familiar del Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), señala que el machismo fue introducido en la sociedad mapuche al penetrar la mirada occidental, y se manifiesta hoy de la misma manera, incluyéndose la violencia de género y la desvalorización de la mujer. Minerva Castañeda Meliñan, encargada del Centro de Documentación de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), señala que tanto hombres como mujeres podían ejercer “cargos públicos”, como machi, werken y longko, aportando así con una perspectiva no sexista de la sociedad mapuche tradicional [5].

Estas opiniones asumen una imposición de las relaciones asimétricas de género, las que no habrían existido antes en la cultura mapuche, al menos en intensidad o cualidad tal como para ser vivenciada como una situación de dominación. Siendo esta asimetría, actualmente, percibida por las mujeres mapuche como resultado del proceso de cambio que trajo la situación de colonización, iniciada con la ocupación territorial por parte del Estado chileno. Esto sugiere que “las mujeres mapuche viven el machismo y la violencia [de genero] de una manera propia, como una influencia exterior” [6], esto es, proveniente de la relación con el “otro” occidental.

El arqueólogo Ricardo Latcham sostiene algo contrario a lo señalado por otros estudios: antes de la llegada de los españoles, los mapuche se organizaban en un sistema totémico matrilineal donde cada individuo tenía un nombre que correspondía a su küga (ó tótem), heredado de su madre. Es decir, en las relaciones de parentesco habría sido la mujer la que establecía su herencia en la trasmisión cultural. Así, la presencia española habría promovido el fortalecimiento de la dominación masculina en la sociedad mapuche [7].

Existen además algunos aspectos conflictivos en las relaciones de género al interior de la sociedad mapuche actual:

i) la existencia de la violencia intrafamiliar en las comunidades mapuche,

ii) la dificultad que tienen las mujeres mapuche para hacer públicas estas situaciones que afectan sus derechos, y

iii) una cierta desconfianza hacia en la conformación de organizaciones de mujeres mapuches, motivada por la dificultad de articular en la práctica el enfoque de enfoque de género y las reivindicaciones como pueblo.

 

 

Machismo mapuche: Una pregunta Sin Responder

Todas estas versiones aparecen como enfrentadas o hasta inverosímiles, y no terminan de resolver la pregunta sobre el origen del machismo en la sociedad mapuche.

Observamos que, por una parte, existe una “visión romántica” que quiere reclamar una vernácula forma de equilibrio intergénero en la antigua sociedad mapuche. Pero en toda sociedad existen conflictos e inequidades de género o de otra índole, y precisamente para su regulación se crean las instituciones.

Por otra parte, existe evidencia que revela que la influencia occidental sobre la cultura mapuche tiene su peso sobre la construcción de los roles y relaciones de género.

Es además necesario considerar que la sociedad mapuche actual se encuentra colonizada por el Estado chileno y, por ende, sus instituciones en muchos casos no presentan una cristalización suficiente para fungir como mecanismos de regulación social, hallándose en una condición parcial de integridad y funcionalidad.

Así, desde un nivel metodológico no es posible sino reconocer una manifestación, también parcial, de la sociedad tradicional en cuanto a sus principios, valores y organizaciones sociopolíticas, de socialización y otras.

Coincidimos entonces con la respuesta de Mattus (2009 [8]) a esta cuestión: la sociedad mapuche, independientemente de la forma que tuvieran las relaciones de género con anterioridad a la colonización, producto de ésta misma situación de colonización se ha visto influenciada por los aspectos más negativos del machismo histórico occidental.

Esta pregunta sin resolver o responder, ha sido también una fórmula utilizada para sugerir una suerte de inferioridad de la sociedad mapuche. La atribución de un “machismo tradicional” suele ser utilizada como una afirmación o pregunta capciosa para cuestionar los actuales procesos de reconstrucción social mapuche, en tanto se presume que en ésta la participación de las mujeres se encontraría postergada y sometida a una posición de inferioridad.

De este modo, la lucha de la mujer mapuche frente a una triple discriminación- ser mujer, ser indígena y encontrarse empobrecida [9]-, constituye un eje central en el proceso de reconstrucción social mapuche. Sin esto, la recuperación de los aspectos culturales constitutivos de la sociedad mapuche sencillamente no será posible.

 

Referencias

[1] Zavala, José Manuel, Los mapuche del siglo XVIII: dinámica interétnica y estrategias de resistencia. Editorial Universidad Bolivariana, 2008, pág. 231.

[2] Montecino, Sonia, “Palabra Dicha: escritos sobre Género, Identidades, Mestizajes”. Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Sociales. Colección de libros electrónicos. Serie Estudios. 1997, págs. 123-124.

[3] “Pacificación” fue el nombre que le dio el Estado chileno a la guerra de ocupación que llevó adelante para anexar el territorio mapuche del Río Bío Bío al sur. La sociedad mapuche hasta entonces gozaba de libertad, soberanía e independencia, producto de su victoria en la guerra frente a la Corona Española y la firma de los tratados internacionales Parlamento de Quilin, 1641, y Negrete, en 1726, 1793 y 1803, y la mantención de esta situación geopolítica con la firma del Parlamento de Tapihue de 1825, firmado con la República chilena, vulnerado en 1883.

[4] Montecino, en: Mattus, Charlotte, “Los derechos de las mujeres Mapuche en Chile, pilares invisibles de la resistencia de su pueblo”… pág. 20.

[5] López, Sandra, “Violencia y mujeres mapuche”, Feminista tramando, febrero de 2012. Disponible en: <https://feministastramando.wordpress.com/2012/10/24/violencia-y-mujeres-mapuche/>, a octubre de 2015.

[6] Mattus, Charlotte, “Los derechos de las mujeres Mapuche en Chile, pilares invisibles de la resistencia de su pueblo”…, pág. 20.

[7] Zavala, José Manuel, Los mapuche del siglo XVIII: dinámica interétnica y estrategias de resistencia… págs. 76-77.

[8] Mattus, Charlotte, “Los derechos de las mujeres Mapuche en Chile, pilares invisibles de la resistencia de su pueblo”, documento de trabajo. Instituto de Estudios Políticos de Grenoble, Universidad Pierre Mendès, Francia, 2009.

[9] Collinao, Ángela, y Melillán, Carmen, “La participación organizacional de la mujer Mapuche en Santiago”. CEDESCO, 1999.

* El contenido del presente ensayo es parte del Artículo Publicado en la Revista del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) Número 62 año 2016, titulado “Las mujeres en el proceso de reconstrucción de la sociedad mapuche”. En el link Destacan papel de la mujer en la sociedad mapuche https://www.servindi.org/actualidad-noticias/07/09/2016/destacan-papel-de-la-mujer-en-la-sociedad-mapuche

Acceda al artículo completo en el siguiente enlace: Mujeres en la Sociedad Mapuche (PDF, 32 páginas)

** Sobre el autor. Meli Newen, Originario del Lofmapu Folilko, Territorio Wenteche de Ngulumapu. Es integrante del Colectivo Mapuexpress desde el año 2003. Psicólogo y Magíster en Sociología (UNMSM), Diplomado en Género, Derechos Humanos y Derechos de los Pueblos Indígenas. Se ha desempeñado como asesor de organizaciones indígenas en Perú y mapuche tradicionales. Ha integrado la Red de Acción por los Derechos Ambientales, la Red Interregional por la Justicia Ambiental y Social, y el Grupo de Trabajo Mapuche por los Derechos Colectivos. Trabaja como consultor independiente en materia de derechos indígenas.

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